• Sociedad
Foto: Referencial
  • Susana Salinas

Magui, de 17 años, cursa quinto de secundaria, y está a punto de ir a la universidad, pero no se siente preparada: “No he aprendido lo básico que me sirva para ir a la ‘U’, mis papás dicen que me meterán a un instituto donde debo repasar Matemática, Física, Química y Lenguaje”, contó la estudiante que sueña con ser abogada. “Si me va bien, quiero ingresar a Derecho, siento que el colegio fue bonito, pero una pérdida de tiempo, al menos este año, porque solo hicimos ferias y no repasamos lo que te piden en la universidad”.

La experiencia de Magui podría ser replicada a otros estudiantes que transitan hacia la educación superior, de acuerdo con el delegado de la Federación de Trabajadores en Educación Urbana de La Paz, José Luis Álvarez.

“Los alumnos de primaria a secundaria llegan con grandes deficiencias a la próxima etapa de formación; no pueden ingresar a las escuelas superiores, institutos técnicos o universidades académicas y la sociedad solo culpa a los maestros”, señaló al apuntar que la crisis en la educación se debe a dos leyes: la 1565 (Ley de Reforma Educativa) y la 0.70 (Avelino Siñani-Elizardo Pérez). La primera data de 1994, diseñada bajo corrientes constructivas; y la segunda, implementada con énfasis en lo ideológico.

La Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) presentó este martes los resultados del estudio “Situación de la Educación en Bolivia”. Entre las conclusiones se revela que “siete de cada 10 niños de tercer grado y ocho de cada diez en sexto grado presentan dificultades significativas para entender el contenido de lo que leen”. Además, evidencian una “incapacidad de desarrollo en el pensamiento crítico; y la existencia de dificultad que hay en relacionar conceptos”.

Respecto al razonamiento matemático, se informó que “ocho de cada 10 estudiantes de tercer grado y dos de cada tres de sexto se encuentran en los niveles más bajos de desempeño”. También se describe que en sexto grado “la mayoría de los estudiantes no puede resolver problemas de variaciones proporcionales, interpretar secuencias numéricas ni calcular perímetros ni áreas”. En cuanto al área de Ciencias Naturales, “nueve de cada 10 estudiantes están en los niveles más bajos del desempeño (…) no pueden interpretar datos en gráficos, ni sacar conclusiones”.

Sobre el tema, Wilfredo Ajllahuanca Mamani, ejecutivo nacional de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia asegura que la implementación de la Ley 070 “es responsable de la pérdida de tres habilidades educativas en los estudiantes, en general. Primero, manifiestan un déficit en la lectura de comprensión; segundo, tienen problemas en la capacidad de escritura y, tercero: hay incapacidad de un razonamiento lógico matemático”, en coincidencia con el estudio antes citado.
Por su parte, Julio Irahola, secretario académico de la Universidad Mayor de San Andrés, recordó que, en 2017, Bolivia participó por primera vez en un estudio de la calidad educativa realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

“Los resultados demostraron un retraso abismal”, señaló al mencionar que ese organismo alertó de “una brecha de entre cinco a ocho años de diferencia, entre lo que es la educación secundaria y la universitaria”. Estos indicadores fueron recientemente visibilizados “en las últimas olimpiadas matemáticas que se realizaron”, dijo el académico de la UMSA.
La universidad, sostuvo, envió varios documentos ampulosos entorno a observaciones que hay sobre los planes de estudio de secundaria, “pero no se recibió ninguna respuesta”.

Álvarez, sobre este escenario, apuntó que ahora el magisterio busca retornar a la educación reivindicativa, es decir: “volver a una educación pública, única, fiscal, gratuita; además, científica y laica”.