• Economía
  • Gregory Beltrán

2/9/2025.- Uno de los datos del Censo 2024 es que el 72,2 por ciento de las viviendas son propias, un 27,8 por ciento son alquiladas, en anticrético, cedidas o prestadas u otros. Según el informe que entregó el Instituto Nacional de Estadística (INE) la pasada semana, el 88,4 por ciento de casas en el área rural corresponden a la primera categoría, mientras que en área urbana llega al 63,8 por ciento.

Los datos de anteriores censos

En el caso del departamento de La Paz, el porcentaje de viviendas propias sube al 76,3 por ciento, pero a nivel rural sube al 91,1 por ciento y en área urbana llega al 67,3 por ciento.

El porcentaje a nivel país muestra un crecimiento respecto a las consultas que se realizaron en años anteriores y en ninguno de ellos había superado el 70 por ciento. En el Censo de 1976, por ejemplo, las viviendas propias llegaban al 69,6 por ciento, mientras en 1992 llegaban al 65,5 por ciento, en el de 2001 era del 66,8 por ciento y finalmente el Censo de 2012 establecía que el 69,7 por ciento de los domicilios eran particulares.

El INE aclara que en la categoría del Censo 2024 se incluye “propia totalmente pagada”, además de “propia y en proceso de pagando”. Según la consulta que se realizó en marzo de 2024 a la población, se observa que en Bolivia hay 4.480.201 viviendas, de este total 221.716 son departamentos, también informa que 22.986 viviendas son improvisadas, 296.540 son cuartos o habitaciones sueltas y alrededor de 14.978 corresponden a categoría “establecimiento no destinado para vivienda”

Según el informe del INE de 2012, la población en viviendas particulares se incrementa en la mayoría de los departamentos en todos los períodos intercensales, a excepción de Potosí entre 1976 y 1992, con una disminución de 12.965 personas. Entre 2001 y 2012 en Santa Cruz crece en 604.519; en La Paz aproximadamente 363.872 y Cochabamba, en 307.877 habitantes.

También se establecía que entre los materiales más usados para las construcciones de Bolivia se encuentran el ladrillo, bloque de cemento y hormigón, cuyo uso se incrementó paulatinamente desde 1976, cuando llegó a 8,3 por ciento; en 1992, a 22,0 por ciento; en 2001, a 36,1 por ciento y en el Censo 2012 alcanza a 52,2 por ciento. Esto implica un aumento de 43,9 puntos porcentuales entre 1976 y 2012.

En cambio, el empleo del adobe y tapial disminuyó en forma gradual desde 1976, cuando obtuvo 75,1 por ciento y en el Censo 2012 registra 37,4 por ciento. Este dato permite asociar las condiciones de salud y bienestar de las personas.