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Un informe de la agencia noticiosa Russia Today, que es controlada por el Gobierno de Vladimir Putin da cuenta de que el Estado ruso pretende usar al periodista estadounidense Evan Gershkovich como moneda de cambio en un canje de presos de relevancia con Estados Unidos.

Gershkovich, un estadounidense nacido en 1991, cuyos padres salieron de la extinta Unión Soviética en 1979, es periodista del diario The Wall Street Journal, cuando el 29 de marzo de 2023 fue arrestado por personal del servicio ruso de seguridad en la ciudad de Ekaterimburgo, acusado de espiar para Estados Unidos.

Aunque el periodista se declaró inocente de los cargos que la Justicia de Rusia le impuso, el viernes se conoció que había sido encontrado culpable y condenado a 16 años de cárcel en un reclusorio de máxima seguridad.

El comportamiento de Gershkovich fue, cuando menos, sospechoso. En marzo del año pasado, de acuerdo con medios informativos internacionales viajó a esa ciudad rusa —la cuarta más poblada del gigante euroasiático— para entrevistar a Yaroslav Shirshikov, experto en relaciones públicas, sobre la actitud de la sociedad local hacia las políticas de reclutamiento de PMC Wagner, una organización paramilitar rusa, en realidad es una empresa militar privada, una red de mercenarios, que es considerado como un ejército privado al servicio de Putin, aunque se la cataloga como una agrupación de extrema derecha con ribetes neonazis.

Tiempo después, Shirshikov declaró que Gershkovich tenía interés en el líder de PMC Wagner, Yevgeny Prigozhin, quien, al mando de sus filas de mercenarios, participó en la guerra ruso-ucraniana, e intentó una sublevación contra Putin, pero se rindió y partió al exilio en Belarús.

Un informe adicional del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia dio cuenta de que Gershkovic recopiló información sobre una de las empresas del complejo militar-industrial ruso, un secreto de Estado.

Después de conocerse la aprehensión de Gershkovich, en el mencionado periódico neoyorquino se publicó un artículo en el que exteriorizó su preocupación por el caso, mientras que la portavoz de la Cancillería rusa María Zajárova sostuvo que el estadounidense se involucró en “actividades que no son periodismo” en Ekaterimburgo y el secretario de prensa del presidente ruso, Dmitry Peskov, dijo que el periodista fue supuestamente atrapado con las manos en la masa.

The Wall Street Journal negó las acusaciones y deploró que la Embajada de Estados Unidos en Moscú no fue notificada de la detención de Gershkovich, por lo que los diplomáticos estadounidenses recurrieron a las autoridades rusas para obtener información sobre este caso.

El proceso judicial contra Gershkovich fue inusualmente rápido, pues solamente se desarrolló a lo largo de tres audiencias y aunque la Fiscalía había pedido una condena de 18 años de prisión, el juez a cargo de la causa determinó que sean 16, aunque bajo estrictas medidas de seguridad.

Un informe de la agencia noticiosa española EFE, remitido desde Moscú, estableció que “el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró que Moscú tiene ‘pruebas irrefutables’ de las actividades de espionaje de Gershkovich, quien fue pillado con ‘las manos en la masa’, según el jefe del Kremlin, Vladímir Putin (y confirmó) que los servicios especiales de Rusia y Estados Unidos están en contacto para ‘ver si se puede intercambiar a alguien por alguien’”.

Por: Jorge Jové