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 T’antawawa. Foto: Victor Gutierrez/La Prensa
  • LA PRENSA

Los representantes de la Federación de Panificadores de La Paz y El Alto presentaron un proyecto de ley para declarar la t’antawawa como Patrimonio Cultural e Intangible de Bolivia. Esta propuesta fue entregada a la diputada Samantha Nogales, quien se ha comprometido a impulsar el reconocimiento del valor histórico y cultural de esta tradición, especialmente relevante en las festividades de Todos Santos.

La t’antawawa es un pan dulce tradicional de Bolivia, hecho de harina de trigo y manteca, con forma de niño o bebé, decorado con colores y dulces. Este pan simboliza el homenaje y la ofrenda durante las festividades de Todos Santos y el Día de Difuntos, fechas en las que las familias bolivianas preparan altares con platos favoritos, vestimentas y recuerdos para recibir a las almas de sus seres queridos.

El término t’antawawa proviene del aymara, donde "t’anta" significa pan y "wawa" niño o muñeco. Dentro de la tradición de Todos Santos, las mesas se adornan con diferentes formas de pan con rostros de yeso pintado, que representan a los difuntos que visitan la casa. Figuras como la t’antallama y el t’antacaballo tienen un significado simbólico, ayudando a las almas en su viaje de ida y vuelta entre el mundo de los vivos y el más allá.

Además de la t’antawawa, otras figuras tradicionales como la cruz, la t’antapaloma, y la escalera forman parte de las mesas, representando la fe, el espíritu santo y el descenso de los ajayus (espíritus) a la tierra. Estas tradiciones buscan preservar el patrimonio cultural y fomentar el respeto y la memoria hacia los seres queridos que han fallecido.