Pasaron algunos días y todo el mundo echó su grito al cielo por resultados del Censo. Por supuesto, no fueron todos. Algunos se reservaron el derecho de emitir criterios, otros le dieron con todo al Gobierno y, en consecuencia, a los ejecutivos del Instituto nacional de Estadística (INE).
A ver, según la información que dio a conocer el director nacional del INE, Humberto Arandia, en el país somos 11.312.620 habitantes y Santa Cruz es el departamento más poblado con 3.115.386.
Luego están por departamento: La Paz, con 3.022.566; Cochabamba, con 2.005.373; Potosí, con 856.419 habitantes; Chuquisaca, con 600.132; Oruro, con 570.194; Tarija, con 534.348; Beni, con 477.441, y Pando, con 130.761 habitantes.

Conocida la información, empezaron las críticas y fueron de todo tipo desde acusaciones de fraude, a pesar de que el INE tuvo el seguimiento por la Comisión Censal formada por UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) y Celade (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) que, en parte de sus conclusiones, afirma que “los datos preliminares a nivel nacional y subnacional son coherentes con la evaluación reciente de los niveles de fecundidad, mortalidad, migración internacional, así como las tendencias de migración interna. También resalta que esta información será analizada con mayor profundidad cuando se cuente con los resultados detallados del Censo 2024, de acuerdo con lo previsto en el cronograma censal”.

Entonces, ¿cuál es el problema? Quienes no entienden lo sucedido no son capaces de hacer autocrítica de sus acciones como autoridades ediles.

Lo concreto. Lo puedo afirmar, porque en la jornada censal tuve el privilegio de ser “supervisor” y conté con el apoyo de bachilleres y universitarios quienes efectuaron su trabajo hasta las 16.00 del 23 de marzo 2024.
Similar tarea fue cumplida por otros grupos de censistas que coadyuvaron al confirmar los datos que tenían con anterioridad.

Con las cartillas en mano lo único que se buscó fue confirmar los datos y así se hizo. Mala suerte para quienes no quisieron abrir sus puertas para que los jóvenes voluntarios obtengan la información requerida.

Entonces, quienes amenazan con movilizarse y pelear contra los resultados, lo primero que tienen que hacer es revisar lo que se dijo para ese día.

Que el Censo era la “fotografía de esa jornada” (si no leyeron la introducción), por eso nadie pudo transitar desde la noche anterior y así se cumplió, a pesar de que algunos desafiantes salieron a caminar.

Me remito por ejemplo al rechazo del alcalde de la Paz, Iván Arias, quien preguntó porqué el municipio de La Paz decreció en relación a otros.

No nos hagamos don Iván. Eso es porque La Paz ya no tiene a donde crecer, todo está loteado, incluso si usted observa la faldas de la cordillera oriental ya tiene viviendas y eso gracias a ¿quién?. Lógico que otros municipios como Mecapaca, Achocalla, Palca o Laja crecieron, porque no hay dónde vivir en la sede de gobierno y la vida es muy cara para tener un terreno, peor un departamento sin buenas condiciones. Con lo que estoy de acuerdo es que los problemas crecieron al mil por ciento.

Sobre El Alto, mucha gente, aunque no crea la alcaldesa Eva Copa, tiene vida en provincias y el interior. De nada valió la campaña de censarse en esa urbe porque la mayoría de los habitantes de El Alto prefirieron hacerlo en sus municipios y otros distritos.

Los cruceños pueden ufanarse de ser el departamento más poblado del país. Claro que sí, pero municipios aledaños como Cotoca, Warmes, Yapacani crecieron desmesuradamente a grado tal que dejan lejos a la propia capital cruceña. Por eso, los dirigentes cívicos no tienen argumentos para reclamar lo contrario, incluso creo que hay un Rector universitario (qué pena).

Tarija tuvo ingentes cantidades de dinero producto de las regalías de los hidrocarburos, pero sus autoridades se farrearon literalmente los ingresos, ahí estás ese puente que nunca fue acabado cuando era alcalde el actual senador Rodrigo Paz, que suelto de cuerpo hecha lodo al Gobierno, pero no dice nada sobre sus deficiencias.

Entonces, ese es el panorama, después del Censo. Las cosas tienen que ser puestas en claro y las autoridades en vez de llorar deben trabajar para mejorar las condiciones de vida del país y lo más importante, tener la capacidad de generar ingresos y dejar de estirar la mano para que el Gobierno Central los salve.