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  • ÁNGELA CARRASCO

25/8/2025.- Era el 10 de agosto de 1972, cuando el Hospital del Niño “Doctor Ovidio Aliaga Uría” abría sus puertas con 50 camas de internación. Según el Censo de Población y Vivienda de 1976, la ciudad de La Paz y El Alto, que eran una sola unidad urbanística, tenían 654.713 habitantes. Hoy, sin los datos actualizados del último Censo, realizado el 2024, la población infantil de uno a 14 años es de 824.250 niñas y niños.

Así, el nosocomio pediátrico ha quedado pequeño, ya que apenas cuenta con 150 camas de internación. El Hospital del Niño celebró 53 años, tiempo en el que se ha consolidado como una institución fundamental para la salud pediátrica en Bolivia. A pesar de los desafíos de infraestructura, el hospital se destaca por su excelencia. Es el único en el país en ofrecer 24 subespecialidades pediátricas, cirugías de corazón abierto y trasplantes de médula ósea en el servicio público.

En una entrevista exclusiva, el director del hospital, Alfredo Mendoza, compartió detalles sobre los logros y las limitaciones que enfrenta este centro médico. Con 150 camas de internación y nueve de terapia intensiva, el hospital opera al límite de su capacidad, una realidad que contrasta con el crecimiento demográfico de La Paz y El Alto.
“Nuestro hospital fue construido hace 53 años, cuando la población apenas superaba los 500 mil habitantes. Hoy, con más de dos millones de personas en ambas urbes, no hemos aumentado las camas”, afirmó.

Informó que actualmente el personal del hospital, compuesto por 518 funcionarios, entre médicos, enfermeras y personal de apoyo, trabaja incansablemente para cubrir la alta demanda. Sin embargo, la falta de espacio físico impide la expansión de servicios esenciales como cardiología intervencionista, neurocirugía, traumatología y neonatología.

UNA NUEVA INFRAESTRUCTURA

El sueño de un nuevo hospital infantil ha sido una constante durante los años anteriores. El proyecto, que cuenta con el apoyo de un hospital infantil de Chile, está listo para ser ejecutado. Sin embargo, ha sido puesto a consideración de ocho ministros de salud sin recibir una respuesta favorable. 

“La principal barrera es la falta de financiamiento de la Gobernación de La Paz, que no es “sujeto de crédito”, y la postura del Ministerio de Salud, que ha manifestado que la construcción de un nuevo hospital no es su misión actual”, explicó.

Esta situación deja al hospital en el limbo, sin poder realizar cambios significativos en su infraestructura actual. Un estudio estructural ha confirmado que no es posible agregar ni siquiera un piso más debido al riesgo que correría la edificación. A pesar de las remodelaciones y modernizaciones en algunas salas, la capacidad de atención se mantiene, lo que limita la oferta de servicios sanitarios a una población en constante crecimiento.

UN FUTURO DE ESPERANZA

Si hablamos de logros, el hospital se enorgullece de ser el único centro pediátrico que realiza trasplantes de médula ósea, un procedimiento que en el extranjero cuesta más de 100 mil dólares y que aquí se ofrece casi de forma gratuita. A la fecha, se han realizado 12 trasplantes exitosos.

De cara al futuro, el nosocomio apuesta a nuevos desafíos. En dos meses, se inaugurará una clínica de autismo, un área pionera en Bolivia. Este nuevo servicio, que funcionará en consultorios reacondicionados, busca brindar atención especializada a una población de pacientes en aumento.

Finalmente, Mendoza hizo un llamado a las autoridades del futuro gobierno: “¿En sus planes está la construcción de nuevos hospitales fuera de áreas metropolitanas, o van a refaccionar los centros existentes que han quedado pequeños? Ésta es una buena pregunta para el próximo gobierno”.

El pediatra destacó la necesidad de una inyección de recursos para que hospitales como el pediátrico puedan ampliar su infraestructura y brindar atención de calidad a la niñez de La Paz y El Alto, a la que atiende.