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A pesar de la aplastante victoria electoral de los laboristas en Gran Bretaña, que parece ir en contra de la tendencia europea en la que se muestra como incontenible el avance de la ultraderecha, surge la figura de Nigel Farage, líder de Reform UK, un representante de esa línea ideológica.
El Partido Laborista es una formación de izquierda, aunque en el curso de los años precedentes ha virado lentamente hacia el centro en procura de captar a sectores de clase media que deciden con su voto el resultado de cualquier comicio.
El Partido Conservador que, como su nombre lo indica es de derecha, sufrió la peor derrota en las urnas desde 1935, cuando obtuvo el 18 por ciento de la votación nacional. El 23 por ciento logrado este año es apenas superior a aquel indicador, pero lo mantiene como la segunda fuerza política británica, seguida de cerca por Reform UK, que obtuvo el 14,3 por ciento.
Los laboristas conquistaron alrededor del 38 por ciento de apoyo del electorado, que les reportó 412 de los 650 escaños del Parlamento, mientras que los conservadores tendrán 120 curules, los liberales demócratas, 71, y los populistas de derecha de Reform UK, cuatro, la misma cantidad que los ecologistas del Partido Verde.
El centroizquierdista Partido Nacional Escocés tendrá una bancada compuesta por nueve miembros.
Otras organizaciones polìticas se repartirán las 19 curules restantes.
Analistas políticos, empero, han coincidido en apuntar que Farage se ha erigido como el gran triunfador de las elecciones y desde su primera aparición pública después de conocerse el veredicto popular, anticipó que en breve, reemplazará a los conservadores como la principal fuerza de la derecha británica.
“Es el principio del fin del Partido Conservador (…) Hay un hueco muy grande en la centroderecha de la política británica, y mi ambición es llenarlo. Ahora vamos a ir a por los votos laboristas (…) Este no es más que el primer paso de algo que va a sorprender a todos”, proclamó.
Farage fue el impulsor de la salida de los británicos de la Unión Europea, en un proceso conocido como Brexit, una especie de acrónimo de los términos British y exit, o sea Gran Bretaña y salida.
Empero, las consecuencias de esa acción y la aplicación de las políticas de los conservadores a lo largo de 14 años dejaron sumidos a los británicos en una profunda crisis.
De acuerdo con un informe del diario argentino Página 12, los tories, como se conoce a los conservadores en el Reino Unido, “dejan un país con los servicios públicos al borde del colapso, deuda pública en un 88 por ciento del Producto Interno Bruto, con intereses mensuales de 10 mil millones de libras, salarios estancados, crisis en la vivienda, aumento de la pobreza y la desigualdad, ríos contaminados y falta de agua potable en algunas zonas del país. En 14 años hubo cinco primeros ministros, siete ministros de finanzas, ocho cancilleres y ministros del interior y 13 de Cultura”.
A tiempo de asumir el poder, el nuevo primer ministro, Keir Starmer, de 60 años, sostuvo que “el cambio empieza ahora, porque esta es vuestra democracia (…) La gente en el país se ha pronunciado y está preparada para cambiar, poner fin a la política del postureo y volver a la política como servicio público. ¡Lo hemos logrado! Ahora es el momento de cumplir”.
Por: Jorge Jové