A medida que Bolivia se encamina hacia las elecciones presidenciales de 2025, las encuestas comienzan a moldear las expectativas, debates y estrategias políticas. Recientemente, una encuesta encargada por el empresario Marcelo Claure, ha generado un considerable revuelo, favoreciendo a figuras prominentes como Evo Morales, Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina. El impacto de estos resultados preliminares, plantea preguntas cruciales sobre la influencia y el rol de las encuestas en la democracia boliviana.

Las encuestas electorales son, en esencia, herramientas de medición, en otras palabras, fotografías instantáneas del estado de opinión pública. Sin embargo, en contextos como el boliviano, su impacto trasciende lo descriptivo para convertirse en un elemento de debate. Las cifras que arrojan no solo reflejan preferencias, sino que también tienen el poder de moldear las narrativas mediáticas. En este caso particular, la encuesta financiada por el Marcelo Claure, llega en un momento estratégico, cuando los partidos trabajan en la construcción de sus estrategias y probables alianzas. 

Destaca a tres políticos que, aunque con trayectorias diversas, comparten una amplia exposición mediática y un capital político consolidado. La inclusión de Morales, pese a que legalmente está impedido de ser candidato a la presidencia, refleja la permanencia de su base de apoyo y refuerza su narrativa de legitimidad. 

Reyes Villa, como actual alcalde de Cochabamba, observado por su evidente cercanía al “arcismo”, capitaliza su gestión municipal y su dilatada experiencia en la arena política. Por su parte, Doria Medina, empresario y político, emerge como una opción vinculada a la estabilidad económica y la solución a la crisis signada por el déficit de dólares, la subida de precios de la canasta familiar y la ausencia de fuentes de trabajo.

Samuel, ha logrado posicionarse en el centro del debate electoral boliviano al presentar propuestas económicas que buscan responder a la crisis que enfrenta el país. Este enfoque, combinado con su perfil como empresario exitoso, podría jugar a su favor, especialmente en un contexto donde las encuestas indican que el electorado prioriza soluciones económicas y busca un líder con experiencia en el manejo financiero y la generación de oportunidades para los emprendedores.

Doria Medina y Reyes Villa representan la aceptación del electorado a liderazgos tradicionales, que, de acuerdo a los datos, están mucho más consolidados que los denominados candidatos emergentes. La encuesta, al incluirlos entre los favoritos, podría otorgarles un empuje adicional para consolidar su posicionamiento en las próximas semanas y meses.

A ocho meses de las elecciones, el panorama electoral aún está lejos de definirse. Las encuestas pueden ofrecer pistas valiosas, pero está claro que deben presentar sus respectivas fichas técnicas en pos de su credibilidad y que, aun así, no pueden considerarse determinantes. Más bien, deben servir como una herramienta para fomentar el debate informado y la reflexión crítica sobre las opciones disponibles.