• Economía
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  • Fabiola Alvarado

25/1/2025.- La reciente calificación de Fitch Ratings, que asignó a Bolivia un puntaje de ‘CCC-’, refleja una situación crítica para la economía nacional. Según la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), esta valoración destaca problemas estructurales como la casi inexistencia de reservas internacionales líquidas (47 millones de dólares), elevados déficits fiscales, tensiones políticas y una economía debilitada. Juan Pablo Demeure, presidente de la FEPC, alertó que la degradación subraya la necesidad urgente de ajustes fiscales y económicos para evitar mayores impactos sociales y financieros.

Entre los principales riesgos identificados se encuentra un posible incumplimiento de deuda a partir de 2026, cuando comienzan vencimientos significativos de bonos. Además, la escasez de divisas afecta la capacidad del país para importar bienes esenciales y pagar deuda externa. La inflación anual del 2024, que alcanzó el 10%, y un déficit fiscal que cerró en un 10% del PIB agravan el panorama, impactando directamente en la capacidad adquisitiva de las familias y en el desempeño de las empresas.

La FEPC recomendó al Gobierno implementar reformas fiscales y diversificar los ingresos, advirtiendo sobre efectos como fuga de capitales, incremento de costos, desempleo y acceso restringido al financiamiento externo. Sin embargo, el Ministerio de Economía rechazó la calificación de Fitch, calificándola como un análisis “reducido y limitado”. Mientras tanto, expertos coinciden en que esta evaluación evidencia el deterioro progresivo de la economía boliviana.