La democracia en Venezuela ha sido un tema de estudio y análisis intensos, especialmente desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 y la subsiguiente evolución política bajo su liderazgo y el de su sucesor, Nicolás Maduro Moros. Este análisis busca contrastar la experiencia democrática venezolana con los conceptos y prácticas democráticas en otras regiones del mundo, en particular, con algunos ejemplos de democracias en Asia y Europa.

Inicialmente, Venezuela fue considerada una democracia representativa bajo el sistema presidencial, similar a varios países asiáticos y latinoamericanos. Sin embargo, las prácticas políticas adoptadas durante los últimos dos decenios han alejado al país de los estándares convencionales de democracia liberal. A diferencia de las democracias parlamentarias de Europa, donde la separación de poderes y el respeto por las libertades civiles son fundamentales, Venezuela ha experimentado una erosión progresiva en estas áreas. Por ejemplo, el poder ejecutivo ha incrementado su influencia sobre el legislativo y judicial, un fenómeno menos prevalente en democracias estables como las de Alemania o Japón.

El cambio en la democracia venezolana también contrasta con las transiciones hacia democracias más abiertas y participativas observadas en países como Indonesia y Corea del Sur, donde los movimientos hacia una mayor democratización han sido generalmente positivos y han llevado a una estabilización política. En Venezuela, en cambio, la concentración de poder en manos del ejecutivo y las restricciones a la prensa y a la oposición política han generado inestabilidad y descontento social.

Comparativamente, el sistema político venezolano contemporáneo muestra similitudes con algunos regímenes autoritarios en Asia, como el control casi total del partido gobernante sobre las instituciones del estado, similar a la situación en China bajo el Partido Comunista. No obstante lo anterior, a diferencia de China, donde el control autoritario ha traído una cierta estabilidad política y un crecimiento económico impresionante, en Venezuela, las políticas gubernamentales han coincidido con una crisis económica y social profunda.

El uso de referendos y elecciones en Venezuela, aunque superficialmente podría vincularse con prácticas de democracia directa como las de Suiza, en realidad ha servido a menudo para consolidar el poder bajo la administración de Chávez y Maduro más que para reflejar la voluntad popular genuina. Esta utilización de mecanismos democráticos para reforzar un régimen autoritario es una característica común en sistemas políticos que académicos como Fareed Zakaria han denominado “democracias iliberales”.

Finalmente, la democracia en Venezuela ha evolucionado de una manera que se desvía significativamente de los principios de la democracia liberal tradicional, con un aumento en las características autoritarias que disminuyen la efectividad y la legitimidad de sus instituciones democráticas. Este caso resalta la importancia de la calidad de la democracia, donde no sólo la forma o la frecuencia de las elecciones importan, sino también la sustancia de las prácticas democráticas, como el respeto por las leyes, la separación de poderes y la protección de las libertades fundamentales. Ahora debemos preguntarnos ¿Cómo andamos por casa?

Por: Enrique Alfonso Miranda Gomez