- Sociedad

- ÁNGELA CARRASCO
15/10/2025.- Pocos lo saben, pero Bolivia es una potencia mundial en aves. Con más de 1.450 especies registradas, ocupa el sexto lugar en el ranking global de biodiversidad aviar, sólo por detrás de países como Colombia, que lidera la lista con cerca de 1.800 especies, seguido por Perú, Brasil, Indonesia y Ecuador. Este privilegio natural es el eje de la XIV Feria de Aves de Sudamérica, que se realiza por primera vez en el país y tiene como sede a la ciudad de La Paz, evento que concluirá mañana.
El evento se lleva a cabo en el Jardín Japonés, en Calacoto, y reúne a científicos, comunidades, operadores de turismo, fotógrafos y observadores de aves de todo el mundo. Según los organizadores, el 80 por ciento de los asistentes son extranjeros, atraídos por la posibilidad de conocer especies únicas que sólo existen en Bolivia.
“La feria proyecta a Bolivia como un destino de observación de aves. Esta actividad genera ingresos para las comunidades sin causar impacto negativo sobre el medioambiente”, explicó Rafael Monzón, coordinador general del evento y representante de la Fundación para la Investigación y Conservación de Loros en Bolivia, organizador del evento.
AVES ÚNICAS EN LA PAZ
Monzón destacó que La Paz y sus alrededores albergan aves endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Entre ellas se destaca el colibrí cometa, de plumaje iridiscente y cola larga rojiza, declarado patrimonio natural de la ciudad. También, el pinchaflor boliviano, de color negro y pico curvado, especializado en extraer néctar directamente de la flor.
En el camino a los Yungas, puede avistarse el bolivian bronzefinch, y en Sorata, una de las zonas más visitadas durante la feria, habita el chiquichiqui (astenes berlepsi), un ave pequeña y de aspecto común que, sin embargo, no existe en ninguna otra parte del mundo.
“Eso es lo que atrae al aviturista: la posibilidad de ver especies que no verá en ningún otro país”, afirmó el experto Monzón.
BOLIVIA, TIERRA DE GUACAMAYOS
Otro de los grandes orgullos de la ornitología boliviana es su variedad de guacamayos. Con 13 especies registradas, Bolivia posee la mayor diversidad de guacamayos del planeta, y dos de ellas son endémicas: la paraba barba azul y la paraba frente roja.
Ambas se encuentran en peligro crítico de extinción, especialmente la barba azul, con apenas 450 individuos identificados, todos distribuidos en los llanos inundables de Beni.
Fotografías de estas especies, capturadas por profesionales y comunidades locales, se exhiben en la feria y han generado gran interés entre los visitantes.
TURISMO QUE CONSERVA
La feria no solo busca promover el avistamiento de aves, sino impulsar un modelo de turismo sostenible y de bajo impacto ambiental. De acuerdo con Monzón, un aviturista gasta entre 100 y 400 dólares diarios, cifra muy superior al gasto promedio de uno tradicional. “Esta feria, en tres días, genera un movimiento económico equivalente a tres años de aviturismo”, aseguró.
Además, durante la feria se ha lanzado el Pasaporte para la Conservación, una credencial que permite visitar todas las áreas protegidas del país durante un año sin restricción alguna.
Aunque la feria concluirá mañana, muchos visitantes han decidido extender su estadía hasta fin de mes, con el objetivo de participar en los tours previos y posteriores a la feria que incluyen salidas a ecosistemas diversos como los valles interandinos, los bosques húmedos de Yungas o los llanos de Beni.
La entrada a los stands y exposiciones es gratuita. Los tours y talleres especializados tienen costo adicional.
“Es un hito que Bolivia acoja por primera vez esta feria. Nos coloca en el radar mundial del aviturismo y visibiliza nuestra biodiversidad como un valor estratégico para el desarrollo sostenible”, concluyó Monzón.
Las aves son un motivo de atracción de turistas.