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En 2020 la Curia General de la Compañía de Jesús envió un ‘mail’ a los jesuitas bolivianos donde les ordenó reparar a los afectados y hacer público el nombre del agresor Lucho Roma, pero no revelar sus escritos ni la investigación interna.

Claudio Paul, consejero del superior general de los jesuitas y asistente regional para América Latina del Sur, escribió en febrero de 2020 un mail al provincial Ignacio Suñol, máximo cargo de la congregación del país latinoamericano, en el que le señalaba los siguientes pasos que tenía que dar tras haber finalizado la investigación contra Lucho Roma. Reparar a las víctimas, hacer público el caso “explicitando el nombre de Luis Roma (no solo iniciales)” y ocultar su diario como “información clasificada, según publicó el diario El País.

Los jesuitas realizaron una investigación en 2019 sobre el caso del pederasta español Lucho Roma, el misionero que abusó entre 1983 y 2002 de más de un centenar de niñas indígenas, a quienes las fotografió, las grabó en video y lo recogió todo por escrito en su diario.

Los jesuitas bolivianos dejaron de lado todas las instrucciones, menos una, la de ocultar la existencia de las memorias de Lucho Roma, bautizadas como Los Manuscritos de Charagua por el pueblo, donde escribió estas memorias cuando era misionero y abusaba de sus víctimas. Los detalles del caso comenzaron a salir a la luz cuando El País publicó un primer artículo en mayo de 2023 en el que se informó de cómo Lucho Roma abusó y fotografió a una veintena de víctimas indígenas.

Por: Judith Apaza con datos de El País