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- Jhony Mollinedo
Recuerda a Wilter Ocampo y se le iluminan los ojos; le hablan del Dakar y esboza una sonrisa; le hablan de sus hijos y recuerda que es abuelo y tiene una obligación con su nieto (debía cuidar al hijo de Waltico); le hablan de motociclismo, afirma con seguridad: “voy a competir hasta que me den mis fuerzas”; y, finalmente, le hablan de Dios y menciona con seguridad: “es lo más importante de todo”.
Así es Wálter Nosigilia Navarro, el múltiple campeón de motociclismo, el “León del desierto” como le mencionan sus seguidores del Dakar luego de sus múltiples hazañas en el raid más duro del mundo.
Recibe a Acción en su oficina de Calacoto, cerca a la calle 21; ahí están parte de sus trofeos, en medio de cascos, botas de competencia, cuadros alusivos al Dakar, se siente la adrenalina de un piloto que ha hecho historia y que ya se lo menciona como una de las leyendas del deporte “tuerca”.
“Super contento, gracias por venir, sigo en lo mismo de siempre; en los fierros, tengo una carrera en Ananta, seguimos haciendo lo que más nos gusta…”, afirma con una sonrisa y amabilidad el piloto nacido en Chuquisaca el 4 de enero de 1962.
Y, la pregunta va en boca de jarro, directo a Wálter…
¿No guardó la motocicleta?
No, de ninguna manera, nunca ha estado en mi mente el colgar los guantes, guardar la moto, mientras pueda voy a estar, claro que cada vez que avanza la edad hay categorías donde inscribirse, vamos a seguir mientras dé la salud.
¿Cómo le va en lo competitivo?
Bueno, hemos estado peleando, he corrido nacionales, hemos estado peleando el primer lugar, en los departamentales sigo ganando, estoy corriendo en la categoría Master B pero corremos junto a Master A, y la peleamos en esa categoría también, sigo entrenando como siempre y eso me ayuda un montón.
SUS RECUERDOS
¿Antes de la entrevista nos acordamos de Wilter Ocampo, Wálter Beckman, con quienes tuvieron duelos inolvidables?
Realmente fueron duelos increíbles, inolvidables, entre 1979, 1980, cuando el motocross era muy competitivo, era difícil poder ganar una carrera en esos años, Wálter era un piloto muy bueno, alguna vez vamos al circuito con él, y Wílter era una gran piloto, hay otros nombres más, en esa época estaban Vladimir Sarmiento, Cayo Flores, “Canquita” García, no me quiero olvidar, había un montón de pilotos muy buenos, todos competitivos.
¿Debutó a sus 15 años?
Sí, a mis quince en Sucre, me vine a La Paz a los 17, más o menos, pero ya había ido a un par de nacionales en Sucre. Hemos coincidido mucho con Wálter, Wílter, con la gente de esa época, fuimos muy amigos aparte de rivales en la pista.
¿Wílter fue un amigo inolvidable?
(Se iluminan sus ojos)… Wílter, aparte de un gran piloto y una gran persona era un amigo muy cercano…(suspira) de hecho cuando estábamos en la carrera de Cochabamba donde perdió la vida estuvimos juntos, en el mismo hotel, con nuestros hijos, ha sido la experiencia más dura que tengo de mi carrera, pero tengo lindos recuerdos de él, de ese carácter inolvidable, de esa personalidad, Wílter es de esas personas que hay muy pocos en la vida.
SU PASIÓN
¿Competitivamente, logró todo lo que quiso en su carrera deportiva?
Mi mayor meta era ser campeón nacional, era mi sueño, logré mi primer campeonato nacional en el año 80, después he sido 22 veces campeón nacional y también he sido campeón nacional en un montón de categorías en enduro que no lo tengo claro, he superado mis sueños por mucho, me siento bendecido y halagado, el tener una meta y sobrepasarlo es un premio inimaginado.
¿Le quedó algo pendiente?
No, lo que siempre está pendiente es agradecer a la gente que me ha rodeado, los amigos y todas las personas que han estado conmigo, queda pendiente el agradecerle a Dios de tanta bendición en este deporte, la verdad que no quería tanto (sonrisas), las cosas han venido y lo tomo como algo que tal vez no merezco, pero ha sido una parte de mi vida muy importante.
¿La cereza a la torta fue el Dakar?
Otra cosa que nunca me imaginé, no es mi deporte el Rally, nunca ha sido, y menos las cuadras, siempre he sido piloto de motos como que nunca en mi vida he corrido una carrera de cuadras en Bolivia. Las cosas se dieron de esa manera, y asumí un reto que nunca ha estado en mis planes y cuando lo asumí dije voy a ir a competir porque hay muchos que dicen voy a ir al Dakar y a terminar, y en mi caso nunca ha sido mi forma de ser. Por eso dije voy a competir, no se si seré diez, once, doce, no me importaba el puesto, sí compitiendo, sí es una responsabilidad llevar una bandera, un país encima, eso ha hecho que tome las cosas con mucha responsabilidad.
¿Quién le motivó a participar en el Dakar?
Siempre he seguido el Dakar, siempre me gustó, y sentí mucha presión, ya había ido el Chavo, y todo el mundo me decía cuando iba a ir al Dakar y yo estaba un poco pasado para ir al Dakar para poder buscar algo bueno de la competencia, tenía 52 años cuando participé en mi primer Dakar, mis rivales tenían la edad de mis hijos en la gran mayoría, no era fácil ir a un Dakar y hacer un gran papel, pero la presión venía de todos, personaba con la que me encontraba en la calle me decían ¿por qué no participas en un Dakar? Así fue creciendo esto, hasta que llegó a una especie de apuesta con Armin Franulic, quien me dijo que si viene el Dakar a Bolivia, ¿corres?, y yo le respondí que sí, que si venía la carrera a Bolivia corría, como sea pero corría. Eso fue, por eso cuando se confirmó al Dakar en Bolivia, la primera persona que me llamó fue Armin Franulic para que cumpla lo que le había dicho.
¿Seis versiones, la mejor fue el 2015 o 2017?
Diría el 2017 porque el tercer lugar de 2015 no me mueve tanto como las dos etapas que venía ganando el 2017, además venía primero en lo general, y yo me quedo con la del 2017 cuando me sentía en condiciones de ganar ese Dakar, habíamos mejorado mucho la performance de mi cuadra, estábamos muy bien metidos en el tema y podíamos haber ganado, porque no acabé la carrera por un problema mecánico que no me permitió seguir la carrera, los fierros fallan y así no más es. Venía con mucha fuerza, y me quedo con eso, para mi más que suficiente haber ganado dos etapas de un Dakar, de los Dakar Series he ganado como cinco a seis etapas, he sido subcampeón de los Dakar Series, contento con ese rendimiento, el tercer lugar sí lo valoro mucho, es un regalo para toda Bolivia, hacer podio en el Dakar es algo increíble pero personalmente me quedo con el 2017.
¿Qué es lo más lindo que le dio el Dakar?
Conocer la gente de Bolivia, a veces en el día a día no conocemos el verdadero cariño del boliviano, cuando me recibieron toda esa gente luego de haber salido tercero, con toda esa gente que se fue a la calle, realmente es algo indescriptible, es algo que no me voy a olvidar nunca, lo que me ha dejado el Dakar es eso.
Se le cayeron lágrimas…
Todo el tiempo, no se podía contener, incluso en competencia, cuando entramos por primera vez a Bolivia y dejamos el lado argentino por Villazón, montañas, banderas, era como el estruendo de un gol el momento en que aparecía, ha sido algo que no me voy a olvidar nunca, lo tengo presente todos los días.