- Economía

- Gregory Beltrán
22/9/2025.- “Los trámites en Bolivia tardan una eternidad”, comentaba una persona que formaba fila ante las oficinas del Tribunal Electoral Departamental (TED) de La Paz. Sin embargo, el país no está entre los países más burocráticos de la región, al menos en lo que respecta a tramitar la apertura de una empresa.
Según el “Índice de Burocracia 2025”, que publicó recientemente la Universidad Internacional de Florida (FIU), se requieren en promedio 1.850 horas pare realizar este tipo de trámites en la región, pero en Bolivia, se precisa 2.060, Chile es, al respecto, el más burocrático con 5.227 horas y Brasil, apenas 284 horas.
El estudio del Adam Smith Center de la FIU considera a 18 países de Latinoamérica y el Caribe, además de España, Portugal e Italia. Donde más se tarda “para abrir una empresa mediana y en condiciones de operar formalmente” es Chile, le sigue Argentina con 4.496 horas, Panamá con 3.392 y Perú con 3.332 horas.
Respecto al promedio de 1.850 horas, el documento aclara que “este valor equivale a 77 días continuos (de 24 horas) o bien a 231 jornadas laborales de ocho horas, lo que representa unos ocho meses laborales dedicados exclusivamente a cumplir con los trámites administrativos exigidos”.
Según otros estudios, para abrir una empresa en Bolivia se requieren aproximadamente 200 trámites en 55 instituciones, “proceso que puede ser largo y costoso” con un estimado de 12 mil bolivianos y un tiempo de espera de hasta 60 días.
Un análisis que hizo la Universidad Franz Tamayo el año pasado, demuestra que “emprender y hacer empresa en Bolivia no es tarea fácil, sobre todo si se adopta el camino de la formalidad. En un país con un porcentaje de informalidad de cerca del 80 por ciento en su economía, según instituciones como la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y la Cámara Nacional de Industrias (CNI), ser formal es excepción y no regla”, señala el experto Manuel Filomeno, quien destacó que la formalidad tiene sus ventajas pues permite realizar negocios con el Estado, acceder a financiamiento o exportar de manera más expedita. “Además, estas empresas aportan significativamente al desarrollo del país y a la creación de empleos de calidad”.
Según este trabajo, se requiere cumplir alrededor de “nueve pasos o trámites frente a diferentes instancias”, que van desde la decisión del tipo de empresa y la elaboración de una minuta de constitución hasta el registro de la propiedad intelectual, además de trámites tributarios o laborales.
“Primero, los empresarios tienen que decidir qué tipo societario va a tener su empresa, si va a ser una empresa unipersonal, si va a ser una sociedad anónima (SA), una sociedad de responsabilidad limitada (SRL), una empresa colectiva o en comandita”, explicó, por su parte, la docente universitaria Nineth Romero.
Al volver a considerar al estudio de la FIU, la medición que se realizó contempla a medianas empresas, que por lo general tienen entre 50 y 250 trabajadores y una facturación de 100 mil a tres millones de dólares anuales, o entre dos millones y 11 millones de euros, en países europeos.