- Deporte

- Jeovana Bernabé
30/9/2025.- Jugar en la Selección absoluta, clasificarse a un Mundial, aportar con sus goles, ser campeona y reforzar a un equipo argentino son algunos de los objetivos que se trazó Pamela Ballivián, la futbolista yungueña quien actualmente milita en el plantel femenino de The Strongest, equipo que participa en el torneo de la Asociación de Fútbol de La Paz.
La hermana menor del lateral derecho de Aurora, Ramiro Ballivián, tiene objetivos claros, sabe que cada peldaño que sube está lleno de sacrificios. Lo entendió desde que comenzó a jugar al fútbol. “Creo que empecé entre los 10 u 11 años, me encantaba jugar con mis compañeros, crecí con el ejemplo de mis hermanos y mi mamá, somos los Ballis”.
Ballivián es oriunda de Coripata, La Paz, donde es reconocida por los pobladores y autoridades, que destacan el profesionalismo de la jugadora, quien no sólo se dedica a entrenarse, pues también trabaja y sigue cursos intensivos, con la idea de seguir adelante.
“El fútbol es una forma de vivir, una pasión única que hace reír y a la vez hace llorar, no hay palabras para explicar. Nosotras nos sacrificamos el doble, trabajo al igual que mis compañeras, me entreno… La pasamos duro, como mujeres hacemos muchas otras cosas más, pero no ponemos excusas; muchas personas no valoran el fútbol femenino”, dijo la jugadora.
En 2021, la delantera militó en el plantel de Wilstermann, reforzó al equipo para la Copa Simón Bolívar, después pasó a ser parte del elenco de Bolívar en el que estuvo vinculada por varias temporadas, ahora viste la casaca de The Strongest y quiere levantar en alto la Copa, pero también busca ser convocada para la Selección Nacional, que jugará la Liga de Naciones, las eliminatorias mundialistas.
“Para una jugadora llegar a la Selección es algo increíble es único, llevar en alto el nombre de Bolivia es una meta, para eso trabajamos, no sólo yo, también mis compañeras de equipo. Sería lindo que también vean a las jugadoras de The Strongest, eso es importante, nosotras estamos habituadas a jugar en estas condiciones; sabemos que si una cae, tiene que levantarte, nadie puede quedarse”, agregó la deportista.
A Ballivián en su tiempo libre le gusta practicar vídeo juegos, pasar algunos minutos mientras revisa Tick tock, además de conversar con sus amigas “siempre hay tiempo para el chisme” sonríe, la jugadora quien es considerada una referente del futbol yungueño.
“Hay mucha presión, pero hay que saber sobrellevarla con mucha humildad. Muchas veces las futbolistas creemos que somos indispensables, que sin nosotras un equipo no funcionará, pero no es así. No tenemos que confiarnos, hay que trabajar, ser constantes, la disciplina puede ganar al talento. Trato de hacer el mejor trabajo”, dijo Ballivián, quien se formó en la escuela que dirige Iván Castillo, a quien en más de una ocasión le contó que le gustaría jugar en un equipo de Argentina.
La goleadora está convencida que en los Yungas hay muchas jugadoras talentosas, pero les falta ser perseverantes, una virtud que “hace mucho, recuerdo cómo mi hermano (Ramiro) se entrenaba para llegar donde está, veía cómo sacaba adelanta a la familia, él fue mi motivación, eso me permite seguir día a día y pensar en un Mundial, nada es imposible”, afirma.
Agregó que en el país el fútbol femenino está en crecimiento, no sólo a nivel competitivo, pero dijo que falta camino por recorrer, como jugar un torneo “más larga, como la de los hombres” lo que permitiría mejorar a las futbolistas, “nuestro torneo dura tres meses, eso no nos ayuda”, se lamentó.