09/2/2025.- El año del Bicentenario de la Independencia Nacional ha comenzado con demasiada intensidad, pero no precisamente para exaltar los 200 años de la existencia soberana del Estado boliviano. 2025 será un año marcado por una contienda electoral de resultado incierto, pero es la gestión en la que los consumidores del mercado aeronáutico exigen mejores condiciones para sus desplazamientos domésticos e internacionales. Es, además, escenario de espectaculares operativos de interdicción al narcotráfico, mientras varios policías aparecen involucrados en hechos de delincuencia común.
En el horizonte aparecen candidaturas presidenciales de todo pelaje, aunque dos parecen ser las más importantes: la postulación, si es que se produce, de un aspirante a la Presidencia por filas de la oposición conservadora. Samuel Doria Medina y Tuto Quiroga buscan ocupar ese espacio, sin dejar de lado las ambiciones de Vicente Cuéllar, Luis Fernando Camacho o algún otro representante de la autodenominada oposición democrática, además del naturalizado Chi Hyun Chung.
En el extremo derecho se apuntan Branko Marinkovic y Édgar Morales Mamani quienes, sin ambages, hablan de la necesidad de un cambio radical y mano dura. Entre ambas posturas, surge Manfred Reyes Villa, quien parece vinculado con algunos excívicos cruceños también de tendencia conservadora.
Por detrás, como la reserva, en caso de que todo fracase, aparecen los millones de Marcelo Claure, aunque por no haber radicado en el país en forma continua durante los cinco años anteriores a los comicios y se sabe que éste no vive en Bolivia.
En el campo popular, la apuesta de arcistas y de ciertos sectores de evistas, así como de líderes aymaras, como Félix Patzi o Eva Copa, es por Andrónico Rodríguez, pero para que él se anime a dar el paso crucial es que se defina la situación de Evo Morales quien, se sabe, no puede postularse a la Presidencia por una sentencia constitucional que se niega a reconocer.
Es de esperar que cuando se le dé un corte definitivo a esta cuestión sea demasiado tarde y el actual Presidente del Senado ya no pueda siquiera inscribirse como candidato.
Luis Arce es otro potencial aspirante de la izquierda, pero por el momento, guarda un prudente silencio.