• Salud
  • Aleja Cuevas

10/3/2025.- En la primera semana de febrero, Pablo Salazar, representante de UNFPA en Bolivia, visitó Trinidad, Beni, donde habló sobre un proyecto destinado a reducir la mortalidad materna, con la mejora en la atención obstétrica y fortalecer las capacidades de las redes de salud en la región. 

El fin  del plan es disminuir las muertes relacionadas con el embarazo. Después de su visita, Salazar se reunió con La Prensa para informar sobre la necesidad del plan y lo necesario que es contar con un estudio.

¿Cuál es el estado de la situación sobre la muerte materna en Bolivia?

Bolivia enfrenta un desafío en cuanto a la medición de la muerte materna, a diferencia de lo que ocurre en otros países de la región. El país, tiene un importante subregistro de defunciones en general. 

Las estimaciones sobre la calidad del registro de defunciones indican que, en general, el 40% de las muertes, no solo las maternas ni de las mujeres en edad fértil o por causas relacionadas con el embarazo, se registran en el Ministerio de Salud y cuentan con certificado de defunción. Un 20%, para llegar al 60%, se registran en el Sereci. Entonces, solo 6 de cada 10 defunciones en Bolivia están registrando.

¿Qué pasó con el resto del porcentaje?

Probablemente ocurran, pero no están registradas, por lo que no se puede calcular, y el Ministerio de Salud no publicó datos oficiales sobre muertes maternas desde 2016, cuando se realizó un estudio con datos del Censo 2012, en el que se incluyó una pregunta sobre todas las defunciones de mujeres en edad fértil. 

En ese estudio, el número de muertes maternas que se tuvieron fue de tres veces mayor que el registrado por el Ministerio, es decir, por cada muerte registrada por el Ministerio de Salud, había dos muertes más que no estaban reportadas.

De aquel año, a la fecha, ¿hubo cambios?

Seguramente habrá cambiado desde entonces hasta hoy, pero debido a las debilidades del sistema de registro de muertes maternas, no se publicó un dato oficial. 

Para el Censo 2024 se volvió a preguntar. Por ello, nos hemos comprometido con el Gobierno del Estado Plurinacional, el Ministerio de Salud, particularmente, y el INE, a facilitar un estudio para realizar un nuevo análisis de la mortalidad materna con base en los datos del Censo 2024.

¿Qué incluye el estudio con base en el Censo?

Se está avanzando, como protocolos, identificando otras alternativas para contar con datos actualizados.

Con datos anteriores, ¿se puede estimar la tasa de muerte materna en 2024?

Por lo pronto, si se estimara, según la cantidad de nacimientos en Bolivia, y se mantuvieran más o menos las mismas proporciones de muertes maternas que había en 2012, se presume que existirían entre 370 y 374 muertes maternas al año en Bolivia. Esa es la estimación. Para poner en perspectiva, el año pasado se registraron 84 casos de feminicidio, por lo que 370 es una cifra alta. Pero, evidentemente, las muertes maternas, en muchos casos, son invisibles en el contexto de la opinión pública.

¿Qué se espera encontrar con el análisis del estudio con base en el Censo?

Cuando hagamos el análisis, sin duda encontraremos una cifra que, seguramente, estará por encima de los 120 o 140 casos por año. Con el nivel de mortalidad materna que había, Bolivia era el país con la tasa más alta de muertes maternas en la región, junto con otros países, aunque estimamos que esa cifra habrá disminuido. Ya no estará en los niveles de 164 por 100.000 nacidos vivos, que es la forma como se mide, pero la cifra última oficial es alta.

¿Hay un registro oficial último de muerte materna en Bolivia?

El Ministerio, en números oficiales, tiene registradas, si no me equivoco, más de 115 muertes maternas en 2023. Sin Embargo, el mismo Ministerio considera que probablemente haya más muertes que no se encuentran registradas

UNFPA ya trabaja en un plan, de hecho se socializó en Trinidad, Beni ¿En qué consiste este plan de reducción de mortalidad materna?

La primera medida es fortalecer las redes de servicios; la segunda, trabajar en la atención de emergencia obstétrica y neonatal y desarrollar planes de respuesta. Sin embargo, nada funcionará si no contamos con un sistema de información adecuado, lo cual, a largo plazo, nos permitirá ajustar lo que realmente se necesita. 

El estudio “muerte materna” será una buena base, pero después de eso debemos mejorar el sistema para que, ojalá, año tras año podamos generar datos sobre muertes maternas y trabajar en las mejores que se requiere para evitar que ocurran, porque toda muerte materna, si es que se trabaja bien y se cuenta con los mecanismos, se puede prevenir.