- Sociedad
- Susana Salinas
Luego del colapso, de un sector del Pabellón Litoral, que sorprendió la mañana del lunes a los trabajadores del camposanto, ayer el peligro de derrumbe era latente.
Decenas de propietarios de los nichos a perpetuidad, ubicados en la estructura, se dieron cita en el lugar en busca de información. Trabajadores del camposanto les aconsejaron que se dirijan a las oficinas de atención al público del cementerio.
Testigos
En el punto de crisis, pasando la línea precintada, un grupo de obreros realizaba tareas menores y de vigilancia, en tanto, el jefe de Servicios, Mantenimiento y Operaciones del Cementerio General de La Paz, Álex Quiñones, revisaba de rato en rato, los “testigos” de yeso, que fueron colocados sobre algunas grietas y fisuras, con el objetivo de detectar cualquier movimiento estructural o de cimientos por asiento del terreno.
Daños
El pabellón, de tres pisos, alberga a unos 3.000 sarcófagos. Una parte de esta estructura se debilitó a la altura de la segunda planta, poniendo en riesgo los sepulcros ubicados al suroeste del bloque, ubicado en el “sector ensanches”.
El debilitamiento en la edificación es de unos 50 centímetros respecto a la superficie estable, explicó Quiñones, mientras apuntaba el un hundimiento, en forma de “v” en el segundo piso, que tiende a precipitar el bloque, que en la base a tierra dejó un boquete.
“Estamos hablando de una hipótesis de lo sucedido, parece que hay filtraciones en el suelo”, explicó Quiñones al sostener que la estructura está en una fase de estabilización.
La Secretaría Municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades y la de Infraestructura Pública verifican el daño para determinar las causas del suceso.
Aguas
La directora Ejecutiva de la Entidad Descentralizada Municipal de Cementerios de La Paz, Erika Patricia Endara, informó el lunes que “los ingenieros presumen que la filtración de varios ríos que hay en la zona, y quizá del alcantarillado que data de hace muchos años, humedeció el sector y provocó el colapso”.
Ante ello, Endara agregó que en la base del pabellón existe un sótano (anegado), por lo que se anunció que tras la estabilización, que tardará unas dos semanas, bombearán el agua subterránea.
Tomografía
En ese contexto, el encargado de mantenimiento agregó que realizarán “tomografías del suelo, que es un estudio hidrológico de las vertientes y cursos de agua existentes”, para desviar los flujos y evitar afectación a todos los bloques contiguos.
El estudio se desarrollará en todos los bloques alrededor de la falla, para verificar cimientos y estabilidad.
“Un equipo de sondeo eléctrico, al emitir hondas, verificará si hay movimiento de cuerpos (agua)”, explicó acerca de la técnica.
Tras la estabilización se procederá con el traslado de los restos y, después la demolición”, manifestó Quiñones al solicitar paciencia a los familiares de los difuntos que descansaban en el lugar. “Deben tener paciencia”.