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  • Carmen Challapa

En marzo pasado, durante el desarrollo de la 47ª sesión del Comité científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno solicitó que la hoja de coca sea sometida a un examen crítico y las autoridades esperan que con este resultado la coca sea eliminada de la lista 1 de estupefacientes.

El artículo 26 de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes determina que, “en la medida de lo posible, las Partes obligarán a arrancar de raíz todos los arbustos de coca que crezcan en estado silvestre y destruirán los que se cultiven ilícitamente”.

Durante el desarrollo del Primer Simposio Internacional, diálogo inter-científico sobre la hoja de coca, la representante de la OMS, Alma Morales Salinas, explicó que Bolivia y Colombia solicitaron formalmente a los expertos en farmacodependencia que se haga una revisión crítica de la hoja de coca, con el objetivo de cambiar su clasificación internacional como estupefaciente y permitir su uso tradicional y el comercio de productos elaborados con base en hoja de coca.

“La Secretaría de Expertos en Farmacodependencia está preparando el proceso de revisión científica, y se prevé que se tenga un informe final en la gestión 2025, la hoja de coca será sometida a un examen crítico en una revisión química, farmacológica, toxicológica y su uso terapéutico y tradicional”, señaló.

Se prevé que el 14 de octubre venidero se haga una consulta pública abierta para todas las partes interesadas en compartir información sobre la coca, en un contacto directo con esa unidad especializada. 

“Como organización animamos a todas las instituciones que tengan investigaciones o estudios, dirijan los documentos a nuestra Secretaría”, solicitó la diplomática.

Mientras tanto, el presidente Luis Arce espera que el resultado del análisis pueda “sanar una herida abierta que se tiene desde hace más de 60 años”. “Se creyeron con el derecho de juzgar, lo que no entendió la Convención Única de 1961 es que estaban cometiendo un error histórico y un ataque directo a nuestros pueblos, nos condenaron a la erradicación y criminalización. La coca en su estado natural no es ni nuca fue una droga”, dijo.

Arce explicó que los 14 alcaloides de la coca ayudaron a los pueblos indígenas a afrontar el covid-19 con medicina natural elaborada con base en este producto.

El vicepresidente David Choquehuanca impulsa que la coca sea analizada profundamente y evitar su estigmatización en el planeta.

“Este evento es una oportunidad para tomar conciencia y hacer un examen crítico, establecer diálogos intercientíficos sobre la hoja de coca, conocimientos creados en las academias y universidades del mundo”, refirió.

Choquehuanca consideró que la Convención Única de Estupefacientes no tenía la capacidad para “juzgar” a la hoja milenaria, por lo que determinó las políticas de erradicación y exterminio para controlar su consumo y negó de esa manera el proceso para su industrialización.

Por su parte, el ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, explicó que actualmente en el país existen 38 empresas formalmente establecidas que usan derivados de coca para la elaboración de productos como infusiones, harinas, pastas dentales, ungüentos y otros.

“La química básica de la hoja de coca, complementada con plantas medicinales, es parte importante para la elaboración de fitofármacos blandos y líquidos y caramelos. Anualmente en los Yungas se usa más de 500 toneladas de coca para la producción de productos entre ellos el bolo ejecutivo hecho con coca machucada”, explicó.

Las conclusiones del simposio internacional, inaugurado ayer en La Paz, servirán para la evaluación de la coca.