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El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, acusó a Evo Morales de ser un "golpista confeso", argumentando que el exmandatario ha revelado sus verdaderas intenciones de desestabilizar el orden democrático del país. Según Del Castillo, Morales no solo estaría intentando volver al poder, sino que sus acciones buscan destruir la democracia mediante la confrontación y el caos social. En respuesta, el gobierno asegura que tomará medidas legales para frenar cualquier intento de alterar la estabilidad nacional.

Morales, quien en su momento fue considerado un líder clave en la política boliviana, ha sido señalado por Del Castillo como responsable de la actual convulsión social. Esta afirmación se produce después de varios conflictos entre facciones del oficialismo que han llegado a enfrentarse violentamente. El ministro considera que estas acciones son un claro ejemplo del intento de Morales por generar desorden para obtener ventajas políticas.

Del Castillo reportó tres policías heridos durante los enfrentamientos entre los denominados autoconvocados y evistas durante el paso de la marcha en Vil Vila.