Los seres humanos se organizan en partidos políticos con la finalidad de tomar el poder de la sociedad, independientemente de tratarse, en el caso boliviano, de un municipio, un departamento o el país y sin importar la forma que asuman estas organizaciones que buscan controlar la administración del Estado o de un nivel subnacional.

El funcionamiento de estas instituciones, como todo lo que sucede en una formación social, está regido por leyes, que establecen, en términos sencillos, lo correcto y lo incorrecto,  o sea, lo que se puede hacer y lo que no se debe haber, que en este caso, se sanciona.

Estas reflexiones vienen a cuento del séptimo y, aparentemente, último plazo concedido por el Tribunal Supremo Electoral para que los partidos actualicen sus directivas y cumplan las prescripciones adoptadas por la leyes.

Los actores políticos nacionales convinieron hace algunos años en las formas y mecanismos necesarios para que las colectividades asuman la forma de partidos y agrupaciones ciudadanas, que se engloban en un solo concepto: democracia interna.

Se entiende a la democracia no sólo como la manera periódica en que los ciudadanos acuden a las urnas para elegir a sus representantes, sino en los sistemas de participación de las personas en los procesos de toma de decisiones. Es, en el fondo y no en la forma, el verdadero concepto de democracia participativa.

Así, hay dos partidos políticos en el país que deben ajustar sus mecanismos internos o perderán el reconocimiento que el Estado les brinda a través del Tribunal Supremo Electoral como instituciones habilitadas para tomar parte en las disputas políticas nacionales.

Las condiciones incumplidas por el Frente Para la Victoria se refieren a requisitos básicos como la actualización de su militancia o la elección de su directiva con representación de su militancia, lo que debe ser verificado por observadores del cuatro Órgano del Estado.

En tanto, el Partido Nacional de Acción Boliviano no adecuó sus estatutos a las directrices de la ley vigente de organizaciones políticas.

La legislación se hizo para cumplirse, quienes la transgreden o ignoran incurren en contravenciones o delitos, que son punibles.