- Sociedad
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- Aleja Cuevas
09/2/2025.- La mañana del 1 de febrero, Isabel Soriocó, al lanzar la primera “bolita de semilla” en la zona virgen devastada por el fuego, sembró una esperanza en San Josesito de Sarí. En esta comunidad, del municipio de Santa Ana de Velasco, del departamento de Santa Cruz, indígenas y especialistas trabajan en el bombardeo de semillas para la restauración del ecosistema, después que el incendio que quemó casi 14.000 hectáreas.
Soriocó aprendió de los técnicos a elaborar “bolitas” de semillas, con tierra, semillas y abono. “Fue una bonita experencia”, expresó a La Prensa.
La memoria de esta joven mujer aún está fresca, pues recordó cómo ardió el bosque por casi dos meses, pese al esfuerzo de hombres, mujeres, adolescentes y niños que se turnaron para apagar el fuego que devastó casi 14.000 hectáreas.
“Nos venció el fuego, perdimos toda especie de árboles, roble y soto”, dijo Soriocó. Frente a esta desoladora imagen, la organización Blades, junto Swisscontact, implementó un proyecto piloto de bombardeo de semillas.
Este plan busca reforestar zonas de difícil acceso con la dispersión de semillas encapsuladas en esferas de arcilla y abono, lo que protege su germinación y facilita su crecimiento, explicó Silvana Borda, de la Fundación Latinoamericana para el Desarrollo (Flades).
Informó que el proceso contó con la participación activa de la comunidad local, especialmente de mujeres, elaborando manualmente las “bolitas de tierra” con semilla. En una primera fase, ya se han dispersado 1.500 unidades de forma manual, destacó.
Soriocó informó que el 1 de febrero, un grupo de 11 personas salió en camioneta y motos para lanzar las bombas de semillas de tajibo, momoqui y pajarilla. esperanza
La joven mujer tiene el deber de hacer el monitoreo de la germinación de las semillas de árboles forestales en las próximas dos semanas.
Cuando ingresaron a la zona de desastre, aún quedaban cenizas, contó. “No había monte verde. Lo que sentí fue pena y cuando lancé la primera bolita pedí, con la bendición de Dios, crecerá de nuevo el bosque”.
Los plantines forestales de tabibo y otros, demandan entre 10 y 15 años para que sean árboles de dos metros.
Borda explicó que este proyecto piloto fue con base en las experiencias metodológicas aplicadas en países como Argentina, Perú, Nepal y se decidió adaptarla a las condiciones de Bolivia.
“No hay estudios previos en el país sobre su eficacia, por lo que es un experimento piloto, podría replicarse en otras comunidades afectadas”, explicó Borda.
Luego del “bombardeo” de semillas se hace un monitoreo continuo para evaluar la efectividad del método.
La próxima fase del proyecto está programada para marzo de 2025, cuando se espera contar con drones especializados para la dispersión aérea de las semillas, aumentando la cobertura y eficiencia del proceso.
El proyecto, impulsado por la organización Blades en coordinación con Swiss Contacto, se extenderá a otras comunidades de Bolivia que fueron afectadas por los incendios que se registraron, como Guapacito y San Jorge de los Tantalios.