- Sociedad
- Wilma Pérez
26/12/24.- En la ciudad de El Alto, los amautas, guías espirituales, expresaron su descontento ante la propuesta de reubicarlos por el peligro que corren al estar sus casetas casi en el abismo. Argumentan que les protege la declaratoria de patrimonio intangible a la cosmovisión andina de los kallawayas; pero en la alcaldía alteña afirman que la intangibilidad no abarca a ese grupo por ser una actividad comercial.
El maestro Elías explicó a La Prensa que la declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (Unesco) los protege, al igual que a Kallawayas.
“Somos parte de ellos porque nuestra labor es espiritual y ceremonial, además somos guardianes de la herencia andina y del corazón de Túpac Katari, es un lugar sagrado”, señaló.
En tanto, el secretario Municipal de Agua, Saneamiento, Gestión Ambiental y Riesgos de la Alcaldía de El Alto, Gabriel Pari, aclaró que, según las indagaciones que realizó, ninguna norma ni declaratoria los protege para que se mantengan en el lugar. “Entiendo que la declaración de la Unesco se refiere a los Kallawayas de Charazani y Curva, quienes forman parte de las siete declaratorias de patrimonio intangible que tiene Bolivia, pero no engloba a los Amautas de la Ceja, específicamente”, aseveró.
DISPUTA
El conflicto se centra en la Ceja de El Alto, un espacio que los amautas ocupan por años para realizar sus rituales y ofrendas. En este lugar, aseguran, se encuentra enterrado el corazón de Túpac Katari, figura emblemática de la resistencia indígena. Este dato, aunque no respaldado por evidencia histórica, refuerza su convicción de que el sitio es sagrado.
Sin embargo, las autoridades advirtieron que la zona está en riesgo de deslizamientos, lo que representa un peligro tanto para los amautas como para otros negocios asentados en el área.
Los informes técnicos de la Alcaldía señalan que el terreno es inestable, y cualquier evento natural como una lluvia fuerte, podría desencadenar un desastre, como el deslizamiento de todo el lugar donde se encuentran las casetas de los amautas, levantadas hace 40 años.
En pasados días, autoridades ediles de La Paz y El Alto, junto a una representación de la Defensoría del Pueblo notificaron a los amautas sobre la necesidad de un pronto traslado de las casetas, pero recibieron un rotundo rechazo y aseguraron que “nada nos pasará porque somos guardianes del corazón de nuestro líder, pero, si nos vamos, todo se caerá”, sentenció el maestro Elías.