- LA PRENSA
Uruguay-Brasil. La Celeste contra la Canarinha nunca va a ser un partido normal. Del Maracanazo de 1950 a la final de la Copa América de 1999, este encuentro trasciende las fronteras del fútbol.
Este sábado en el Allegiant Stadium de Las Vegas se jugará el capítulo número 80 de una monumental rivalidad entre dos de las selecciones más ganadoras de siempre.
Uruguay llega a la cita de Las Vegas como flamante líder del grupo C, ganado con el pleno de puntos y un promedio de tres goles por encuentro, mientras que Brasil lo hace como segundo del grupo D, tras sumar cinco puntos en tres partidos.
Habrá siete Copas del Mundo en el Allegiant Stadium, cinco de Brasil y dos de Uruguay, así como 24 Copas América, 15 para la Celeste y 9 para la Canarinha.
El balance entre estas dos selecciones favorece a Brasil, que ganó 38 veces, con 20 empates y 21 victorias de Uruguay, pero esta rivalidad va mucho más allá de los números.
Queda marcado en la historia del fútbol aquel 16 de julio de 1950, el día del inolvidable Maracanazo en el Mundial de Brasil. Una fecha de pesadilla para la Canarinha y de ensueño para la Celeste.
Se vendieron unas 170.000 entradas para el Maracaná en la noche del capítulo final de ese Mundial, pero se calcula que había más de 200.000 personas en el estadio cuando Uruguay remontó a Brasil y le negó, en su casa, el triunfo mundialista.
Fue una edición del Mundial inédita, decidida por un grupo final y no con un partido único por el título. A Brasil le valía con el empate ante Uruguay para coronarse campeón.
La selección brasileña salía como absoluta favorita. La prensa local ya celebraba el título antes de la disputa del partido y ese fue el guión hasta los últimos 25 minutos, con Brasil por delante 1-0 con gol de Albino Friaça.
Pero la fiesta brasileña se convirtió en pesadilla en el espacio de trece minutos, entre el 66 y el 79, cuando Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia concretaron posiblemente la más grande hazaña de la historia del fútbol.
Brasil se reivindicaría con los triunfos mundialistas de la gloriosa época de Édson Arantes do Nascimento 'Pelé', campeón mundial en 1958, 1962 y 1970, y ganaría otras dos Copas del Mundo en 1994 y 2002, pero el Maracanazo sigue inolvidable en la memoria del país.
Llegó la ocasión de tomarse una venganza, aunque muy parcial, y la Canarinha no la desaprovechó. Fue en la final de 1999 de la Copa América en Asunción (Paraguay), acabada 3-0 con doblete de Rivaldo y gol de Ronaldo Nazario.
En tiempos más recientes, Uruguay ganó el último precedente, el pasado octubre en la fase de clasificación al Mundial de 2026 con goles de Darwin Núñez y de Nicolás De La Cruz.
Ese triunfo puso fin a una racha de doce partidos y 22 años sin victorias de la Celeste en un choque que vivirá este sábado en Las Vegas otro vibrante capítulo, con un billete para las semifinales en juego.
Por: EFE