• Mundo
  • LA PRENSA

Autoridades regionales del estado brasileño de Río Grande do Sul calculan que las pérdidas causadas por el temporal que se abate sobre esa zona han causado, hasta el momento, pérdidas que superan los 3.700 millones de dólares, según informes provenientes de Porto Alegre.

Fuertes lluvias que derivan en el desborde de ríos, vientos huracanados y un intenso frío caracterizan la crisis ambiental de la región ubicada cerca de la frontera con Argentina y Uruguay.

El problema se complica por la interrupción de los servicios básicos de agua potable y energía eléctrica.

Para paliar la situación, el Gobierno de Lula da Silva ha destinado un fondo de 9.800 millones de dólares para dar créditos y aplicar medidas asistenciales.

 Cifras del terror

Un reporte de Infobae da cuenta de que los fenómenos climatológicos han dejado hasta el momento alrededor de un centenar y medio de fallecidos, mientras que unas 125 personas están desaparecidas.

La cifra de damnificados se sitúa, por el momento, supera los 2,1 millones de personas, de quienes alrededor de 620 mil han sido desplazadas de sus hogares.

Se estima que unas 81 mil encontraron refugio en albergues improvisados por autoridades locales, en espera que pase el mal tiempo y se restituya la normalidad.

Personal de Defensa Civil ha rescatado a unas 80 mil personas y aproximadamente 10 mil animales.

La afectación se cierne sobre el 90 por ciento de los municipios, 446, del estado de Río Grande do Sul, en tanto que los desastres, aunque en menor proporción se expanden a Santa Catarina, donde se contabiliza al menos un fallecido como resultado del temporal.

Alerta máxima

Los pronósticos de técnicos de los servicios locales de meteorología señalan que las malas condiciones atmosféricas continuarán, después de una “tregua” de algunos días en las tormentas.

Se estima que los torrenciales aguaceros, los vientos de gran velocidad y las bajas temperaturas continúen al menos hasta mañana.

El Aeropuerto Internacional Salgado Filho, de la capital estatal de Río Grande do Sul, quedó literalmente bajo el agua. Imágenes captadas por un dron muestran aviones que literalmente flotan sobre la pista anegada, mientras las operaciones aeronáuticas permanecen paralizadas desde el sábado pasado y no se sabe cuándo podrán reanudarse.