- Sociedad
- Susana Salinas
Como resultado de la situación económica y política de algunos países de la región, “se teme un nuevo éxodo, en especial venezolano” sobre el país. La estimación fue realizada por Elizabeth Zabala Torres, secretaria ejecutiva de la Pastoral Social Cáritas, brazo social de la iglesia Católica.
A propósito del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se recuerda cada 19 de agosto, promovido por las Naciones Unidas, Zabala Torres explicó que aunque la reacción de muchos países vecinos ante la migración es cerrar fronteras, en Bolivia se demuestra aún solidaridad.
“Bolivia es uno de los países que menos migración venezolana recibe, respecto a Perú, por ejemplo”, señaló después de enfatizar que esa institución atiende casos de familias que fueron forzadas a abandonar sus países.
Desde hace 20 años, Cáritas trabaja a favor de diferentes poblaciones vulnerables y, con mayor énfasis desde los conflictos en Centroamérica, que conllevan la expulsión de sus connacionales a países vecinos. “Muchos de los inmigrantes vienen a Bolivia en su trayecto de llegar a Brasil o Chile”, indicó Zabala Torres, quien asegura que la sociedad debe crear lazos de solidaridad con estas personas.
“Abrimos nuestros corazones a la gente que debió dejar su país, sin saber qué futuro les depara”, dijo a su vez Leticia Rosas, coordinadora de esta institución católica.
Sin ofrecer datos de la población a la que ayudan, ambas coincidieron en que los inmigrantes llegan a los dos albergues de Ciudaddela Ferroviaria y Chasquipampa, necesitan apoyo en alimentación, techo salud y educación.