La judicialización del deporte en Bolivia ha adquirido relevancia en los últimos años, debido a la necesidad de resolver disputas legales en torno a procesos eleccionarios, derechos de los jugadores, contratos, sanciones disciplinarias y administración de clubes. 

Este fenómeno ha sido evidenciado en el caso del Club The Strongest, en la Sentencia Constitucional 0635/2024-S4 donde se abordó la legalidad de las elecciones para elegir a su presidente. Esta situación también resalta la importancia del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) como instancia de resolución de conflictos en el ámbito deportivo internacional. Este artículo analiza las implicaciones, ventajas y desventajas de este proceso en Bolivia.

La controversia surgió cuando Fredy William Téllez Claros impugnó las elecciones internas del Club The Strongest, argumentando que Héctor Ramiro Montes Bernal no cumplía los requisitos estatutarios para postularse a la presidencia. Téllez Claros denunció irregularidades en los certificados de cumplimiento de pagos y antecedentes presentados por Montes, además de una supuesta violación al debido proceso en su expulsión del club.

Inicialmente, la Sala Constitucional Primera de La Paz concedió la tutela solicitada, anulando las elecciones. Sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) revocó esta decisión en su revisión, determinando que la acción fue presentada fuera del plazo máximo de seis meses, estipulado en la Constitución. Aunque el TCP no evaluó el fondo de las acusaciones, el caso puso en evidencia las limitaciones y complejidades del sistema judicial boliviano para resolver disputas deportivas.

La judicialización del deporte se refiere al uso de tribunales ordinarios o especializados para resolver conflictos en el ámbito deportivo. Esta tendencia tiene implicaciones tanto positivas como negativas. Entre las ventajas, se destaca la protección de los derechos fundamentales, asegurando el respeto a los derechos de los involucrados, como el debido proceso, igualdad y defensa. También promueve la transparencia y control legal, permitiendo que las instituciones deportivas se sometan al escrutinio judicial, fomentando la transparencia en sus procesos administrativos.

Además, los tribunales pueden abordar temas legales que van más allá de las competencias de los órganos deportivos, como el fraude y falsificación documental.

Sin embargo, también existen desventajas. Los procedimientos judiciales tienden a ser largos, lo que puede paralizar las actividades deportivas y generar incertidumbre en los clubes. Los jueces ordinarios pueden no estar suficientemente capacitados en temas deportivos, resultando en decisiones inadecuadas o contradictorias. Asimismo, la judicialización puede debilitar la autonomía deportiva, considerada un principio fundamental por organismos como la FIFA y el TAS.

La FIFA, en sus Estatutos (art. 56 y 57), reconoce al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) como la instancia para resolver disputas en el ámbito deportivo. Con sede en Lausana, Suiza, el TAS garantiza un proceso especializado, rápido y confidencial. Los objetivos del TAS incluyen la resolución de conflictos en base a normas deportivas, aplicando reglamentos de la FIFA y, complementariamente, el derecho suizo. 

También proporciona procesos rápidos, evitando las demoras asociadas a los tribunales ordinarios, y cuenta con el Fondo de Asistencia Jurídica para el Fútbol (FLAF) desde 2023, que exonera tasas judiciales y costos administrativos en casos calificados.

Mientras que los tribunales ordinarios se basan en leyes nacionales y procedimientos extensos, el TAS resuelve casos de forma especializada y técnica, protegiendo los intereses deportivos y minimizando la interrupción de actividades. En Bolivia, el reconocimiento del TAS plantea desafíos y oportunidades. Si bien fortalece la seguridad jurídica en disputas deportivas, muchos actores desconocen su alcance o prefieren la vía judicial interna, como ocurrió en el caso del Club The Strongest. Esto genera tensiones entre la jurisdicción deportiva y la ordinaria.

Entre los aspectos positivos del sistema actual se encuentran la mayor protección de derechos individuales frente a abusos de poder en clubes y federaciones, así como el incentivo para una mejor regulación interna en las organizaciones deportivas. 

No obstante, también hay aspectos negativos, como el exceso de formalismos y plazos procesales, como evidenció la Sentencia 0635/2024-S4, que impidió resolver el fondo del problema. Además, existe confusión sobre jurisdicciones competentes (tribunales ordinarios, deportivos nacionales o el TAS) y desconfianza en los órganos deportivos nacionales, percibidos como parciales o ineficaces.

La judicialización del deporte en Bolivia refleja las tensiones entre la justicia ordinaria y las normas internas de los clubes y federaciones deportivas. Aunque los tribunales proporcionan mecanismos para proteger derechos vulnerados, el caso del Club The Strongest expuso las deficiencias del sistema, como la falta de agilidad y claridad en los procedimientos. 

Por otro lado, el TAS emerge como una alternativa efectiva, pero su uso en el país sigue siendo limitado. La adopción de mecanismos más eficientes y especializados, como el TAS, junto con la capacitación de jueces en temas deportivos, podría mejorar la resolución de conflictos y reducir la necesidad de judicializar el deporte. Asimismo, se requiere un compromiso de los clubes y federaciones para fortalecer su gobernanza y evitar procesos legales innecesarios.