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La comunidad de Cristo Rey, al norte de San Javier, recibió con alegría las esperadas lluvias que aliviaron los incendios que han afectado gravemente la región. Tras semanas de angustia y contaminación por el humo, las primeras gotas trajeron esperanza a los pobladores, quienes habían organizado una oración masiva para implorar por este milagro.

Los habitantes de San Javier, afectados por la falta de recursos para combatir el fuego, se unieron en marchas y plegarias. La situación había forzado el cierre de escuelas y paralizado la vida cotidiana debido a las densas nubes de humo que agravaron las condiciones de salud. Sin embargo, las lluvias renovaron las esperanzas, aunque la lucha contra los incendios continúa.

San Javier, una región reconocida por su biodiversidad y cultura chiquitana, enfrenta una crisis ambiental que amenaza su patrimonio natural. Aunque las lluvias han traído alivio temporal, la comunidad sigue vigilante para evitar la reactivación de los focos de incendio, esperando que esta intervención climática sea el principio de su recuperación.