• Seguridad
  • Carmen Challapa

5/5/2025.- Una de las más de 100 víctimas que denunciaron haber  sido agredidos sexualmente por sacerdotes recibió 20 mil dólares de parte del Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia en la gestión 2010 para que no denunciara el hecho. La información se encuentra en el cuadernillo de investigaciones en la Fiscalía de Cochabamba, sin embargo, no fue tomada en cuenta ya que la víctima no fue habida para declarar.

Los supervivientes de abusos eclesiales intentaron comunicarse con esa víctima, pero no tuvieron éxito y lamentaron que el Ministerio Público no haya tomado en cuenta en la acusación a este hecho, bajo el argumento de que “si no hay víctima, no hay delito”.

Los documentos establecen que el ahora director general de una unidad educativa particular en Cochabamba, el exsacerdote René C. C., cuando fungía como Provincial en 2010, habría encubierto un caso de violencia sexual, al hacer efectivo el pago de la indicada suma de dinero para que la víctima de abuso sexual desistiera de la denuncia. La información está en conocimiento del Arzobispado y la Arquidiócesis.

El presidente de la Comunidad de Sobrevivientes de Abusos Eclesiales de Bolivia, Wílder Flores, explicó que en el primer juicio por el caso de pederastia fueron acusados los españoles Marcos Recolons y Ramón Alaix, por proteger al sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas (Pica), quien admitió haber abusado de al menos 85 niñas y niños con el amparo de sus superiores.

“En este proceso también tendría que haber sido acusado René C. C. porque él sabía de los abusos que cometió Pedrajas entre 2008 y 2009, pero nada hizo. Esperamos que en el próximo proceso esté en el banquillo de los acusados. Desde que iniciamos el primer proceso, cada vez más víctimas se acercan a nosotros para contar sus verdades”, refirió Flores.

Alfonso Pedrajas (Pica), cometió abusos entre 1972 y 1994, en reiteradas ocasiones confesó las agresiones a los provinciales, pero estos le pedían orar y nunca lo sancionaron.

El instructor de la tercera probación de Pica, José Arroyo, en 1978, le recomendó: “Descolgar todo el problema de aspecto moral y no nombrarlo en confesiones” ante esto el jesuita escribió en su diario, “La Historia”: “Recuento de 17 años, fracaso, hipocresía, vergüenza, pequeñez, desorientación total. He hecho mucho daño”.

Atención psiquiátrica

Flores explicó que, según la doctrina de la Compañía de Jesús, las víctimas de violencia sexual deberían haber recibido atención psiquiátrica; sin embargo, solamente los agresores se beneficiaron con esa medida.

“Pedrajas recibió asistencia psiquiátrica en Bolivia, después fue trasladado a Perú, donde cometió las mismas aberraciones. Posteriormente, fue a México, donde la historia se repitió con agresiones sexuales contra niños vulnerables. A pesar de saber que eran perpetradores compulsivos, sólo eran removidos de sus cargos; ése es el modus operandi de la Compañía de Jesús”, refirió el principal dirigente de la Comunidad de Sobrevivientes de Abusos Eclesiales de Bolivia.

“Silencio mortal”

Las víctimas de pederastia en Bolivia son más de 100 personas distribuidas en La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz. La cantidad aumentó a medida que el proceso ganaba notoriedad en los medios de comunicación.

La mayoría demoró muchos años en romper el silencio. Algunos decidieron quitarse la vida después de revelar el suplicio que sufrieron a manos de sacerdotes, en unidades educativas, internados o parroquias.

“Muchos no pudieron soportar la depresión crónica que dejaron estas agresiones. Tenemos conocimiento de que, en nuestra comunidad, cuatro personas se quitaron la vida; uno de ellos, días después de haber relatado su historia a su familia”, explicó Flores.

Pidió a las víctimas de abuso sexual clerical que se sumen a los procesos y rompan el silencio, sobre la base del respeto de su “derecho al tiempo”, ya que las víctimas solo hablan cuándo deben hacerlo, o más bien, hablan cuando realmente pueden hacerlo. “Es verdad que se revictimiza a las personas, pero eso ayuda a sanar”, concluyó.