• Sociedad
  • Susana Salinas

Apesar de que está en vigencia una prohibición expresa para usar fuego en los chaqueos, la quema de pastizales y de cordones, los “malos bolivianos no dejan de incendiar el oriente boliviano”, sostuvo ayer en conferencia de prensa el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.

“Estamos preocupados”, agregó Calvimontes, quien reconoció que pese al esfuerzo por mitigar los incendios forestales en el país, la tarea se convierte en una “misión casi imposible. Lamentablemente si persiste esta práctica, va a ser difícil, difícil poder sofocar todos los incendios, porque apagamos entre tres y cuatro por día y aparecen otros en su lugar”, dijo.

Aunque la anterior semana se mnencionó que se logró reducción del 70 por ciento de los incendios en Santa Cruz, Pando, Beni, en especial,”el martes nos sorprendimos porque empezó a aparecer fuego en lugares donde no había (...) Un acercamiento satelital reveló que es producto de quema por chaqueo, pastizales y de cordones”.

El 11 de septiembre, con una cifra cercana a los cuatro millones de hectáreas quemadas, el Gobierno decretó una pausa ambiental ecológica indefinida en el territorio nacional, con la emisión del Decreto Supremo  5225, que prohíbe cualquier tipo de quemas.

CICLOS

Sobre el tema, Efraín Tinta, de la fundación Tierra, aclaró que  “la época de incendios en el país aún no terminó”.

Explicó que en años anteriores, los incendios empezaban en agosto, septiembre u octubre, pero actualmente el fenómeno se prolonga por efecto de la crisis climática, que se traduce en sequías y por lluvias escasas.

Sobre la sequedad, Calvimontes dijo que se presenta en los nueve departamentos y afecta a 2.917 comunidades. Hay 254.063 familias afectadas y 96.841 personas damnificadas.

Tinta apuntó que destrás de los incendios están las llamadas “leyes incendiarias” y el interés por el cambio de uso de suelos, de quienes ya regularizaron su derecho propietario y buscan expandir la frontera agrícola a través de quemas.

Los incendios se producen en predios pequeños, medianos y grandes, de actividades agrícolas y agropecuarias; pero también en territorios de comunidades indígenas e interculturales.

La  Autoridad de Bosques y Tierra, en su condición de instancia responsable de normar las quemas, concedió autorizaciones temporales para el efecto en Beni, Pando y Santa Cruz, donde fenecieron el 31 de julio.

Ante la falta de control, las quemas y chaqueos se convirtieron en incendios forestales. “Estamos en la mitad de la época de los incendios”, recalcó Tinta. 

De acuerdo con datos comparativos, desde hace más de cinco años, los focos de calor suelen comenzar en junio y acabar a mediados de noviembre, incluso hasta diciembre. “Entre el 20  y 30 de este mes es la época pico de los incendios a nivel nacional y caen”, dijo.

Tinta acotó que al adelantarse los incendios a julio y agosto se causó un “descontrol fuerte, de 700 a 800 focos de calor diarios, que se disparó a más de 3.000”.

Calvimontes dijo que el fuego en Santa Cruz, Beni y Pando afectan a 52.573 familias y otras 10.904 están damnificadas.