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2/2/2025.- En ambos países se dice que esta especie es escasa, hay quienes indican que desapareció como la boga. Nuestro equipo de prensa visitó diferentes regiones para conocer qué está pasando con este tipo de pescado.

El mauri es un pez sin escamas cubierto por una mucosa y tiene unos particulares bigotes. Su carne es suave y deliciosa, contiene aceites y vitaminas (A y D), además que tiene pocas espinas, por lo que es uno de los preferidos en la gastronomía boliviana y peruana. Nuestro equipo de prensa evidenció que esta especie casi no se encuentra en los mercados de Bolivia y Perú, ni crudo ni cocinado, las amas de casa y comerciantes se preguntan si el pez mauri se extinguió.

El nombre científico de este pez es Trichomycterus dispar, una especie nocturna. Los adultos llegan a medir hasta 15,74 centímetros, habitan entre los 2 a 30 metros de profundidad y los alevines – que son crías- y los más jóvenes se pueden encontrar a profundidades de un metro refugiados entre plantas y rocas. Se alimentan de larvas de insectos, huevos de otros peces y zooplancton (un tipo variado de animales pequeños).

La situación del pez mauri en el país

Desde inicios de 2023 se notó la escasez del pez mauri en los mercados de la ciudad de La Paz. A partir de noviembre de 2024 a enero de 2025 nuestro medio visitó los mercados de venta de pescado crudo y cocinado de la calle Valentín Navarro en la zona de El Tejar en La Paz, la calle Esteban Arce en Final Los Andes y la avenida Tiwanaku en El Alto. Acudimos a estos centros de abasto semanalmente y solo en tres oportunidades encontramos el pez mauri a la venta, en muy pocas cantidades y en uno o dos puestos de los más de 30 existentes en este sitio.

“Ya no hay mauri, a veces llega y bien poquito, chiquititos porque no les dejan crecer y está caro”, dijo una de las vendedoras en El Alto. Un padre de familia de La Paz comentó que el pez mauri era su favorito y que «hace varios meses» no lo encuentra en los mercados. “Parece que ya no hay, ¿se habrá extinguido igual que la boga?”, preguntó.

La organización para la conservación del medioambiente Bolivia Conservation refiere que la boga era considerada como una especie prehistórica de agua dulce del lago Titicaca y que desapareció en los años 70. Periódicos de La Paz informaron que la especie se extinguió en 1990 por diversos factores ¿Será el mismo camino que sigue la especie mauri?

Los habitantes de los pueblos paceños pesqueros de Kalaque, Chuquiñapi, San Pablo de Tiquina y Copacabana que se ubican a las orillas del «lago sagrado» y pescan mauri para consumo y venta tienen la misma percepción. Dicen que el pez “se está terminando” y que el precio del pescado en general se elevó.

“Antes los proveedores sacaban entre cuatro a cinco arrobas, lo más bajo era dos arrobas (1 arroba = 25 libras). Ahora están sacando en las noches cuatro a cinco libritas, así juntan, en dos días por lo menos tratan de llegar a la cuarta arroba (6 libras)”, dijo una de las comunarias de Kalaque, quien también se dedica a la pesca y además es distribuidora.

“Si llega es rara vez, no hay mauri por aquí”, “ya está desapareciendo también el karachi y el karachi amarillo que se usa para hacer wallake”, comentaron a Bolivia Verifica las vendedoras de pescado frito en San Pablo de Tiquina. El wallake es un tipo de caldo de pescado tradicional de la zona andina.

En el comedor popular Santa Martha de Copacabana se siente la misma ausencia y no solo del pez mauri, también de otras especies. Este sitio se caracteriza por ser turístico, donde se ofrece una variedad de platos típicos como ají de papa, de arvejas y wallake, todos preparados a base de distintos pescados.

Sus vendedoras están preocupadas por la escasez de peces y la subida de los precios, situación que les obligó a variar su menú. “Había grandes mauris, suches, pejerrey, ahora no hay, tenemos que estar esperando”, “antes se tenía, pero ahora se ha perdido, no hay mauri y está muy caro. Lo que sí hay es ispi, trucha y pejerrey”, mencionaron las comerciantes.

Los uros cambian la pesca por el turismo

Los uros son de un pueblo originario ubicado en la bahía de Puno, durante siglos han habitado en islas flotantes construidas a base de totora. Su subsistencia estaba basada principalmente en la pesca, la caza y la elaboración de tejidos.

Los habitantes de este pueblo milenario le dijeron a Bolivia Verifica que la pesca ya no es su actividad principal y que la cambiaron por las artesanías. “Hacemos de todo tipo en tejido, en arcilla, con totora, pero ya no pescamos como antes, porque no hay peces” dijo una comunaria.

Según sus propias palabras, los uros obtienen gran parte de sus ingresos gracias al turismo. Las islas se encuentran un tanto vacías y los lugareños prefirieron evitar nuestras cámaras, al reflejar cierto nerviosismo.

La contaminación del lago por la Bahía de Cohana por donde llegan las aguas servidas de El Alto y el cambio climático, son factores que inciden en el agua del Titicaca, la cual se convierte inhabitable para los peces, cuyo nivel va disminuyendo con rapidez.

Las personas que se dedican a la venta de pescado crudo y cocinado de distintas regiones de Bolivia y Perú coinciden con esta versión e indican que el lago está “muy contaminado”, y llaman a la reflexión a los visitantes para que no boten basura ni otro tipo de elementos nocivos como el aceite.