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En Bolivia, los denominados “crímenes de odio” tienen principalmente como víctimas a mujeres, niños, y al colectivo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). La mayoría de los casos tienen lugar en el entorno familiar, en aquellos casos en los que afloran relaciones insanas.

Este año, en el país hubo 36 feminicidios y 18 infanticidios, en tanto que apenas uno de cada 10 crímenes de odio por homofobia es denunciado por temor al rechazo de la sociedad, sobre todo porque no existe una respuesta adecuada de los operadores de justicia.

La coordinadora nacional de Voces Libres, Mercedes Cortez, explicó que, en los casos de feminicidio, la relación de pareja se fractura y después de las promesas de amor eterno, surge odio y resentimiento contra la pareja y la espiral de violencia crece hasta que el hombre planifica la muerte de su pareja.

En cuanto a los infanticidios, Cortez considera que, si un adulto asesina a un niño, no lo hace específicamente por odio hacia él, sino que busca lastimar a otras personas por medio de tan grave asesinato.

“Es una rabia no trabajada, no canalizada que explota con las personas que no tienen nada que ver en un conflicto, según los datos la mayoría de los infanticidios las víctimas tienen tres años”, explicó.

Sin embargo, explicó que cuando se produce un infanticidio antecedido por una agresión sexual es una acción llevada a cabo por un pedófilo que no solo satisface su odio con la violación, sino que termina con una muerte violenta.

En tanto, las mujeres trans tienen una esperanza de vida promedio de 35 años. Organismos de derechos humanos establecen un vínculo de estos crímenes con transfobia, discriminación, exclusión, pobreza y violencia. Hasta 2023, de 80 casos denunciados por estos colectivos, solo se logró dos condenas.

En Bolivia no se reconoce el transfeminicidio como una categoría legal, estos casos son considerados asesinatos, homicidios u otros tipos penales, por lo que en las estadísticas del Ministerio Público no existen cifras respecto a estos crímenes de odio.

DEFENSORÍA Un reporte del Observatorio de la Defensoría del Pueblo, refleja un incremento anual de casos de violencia contra mujeres y niños, pero las cifras que preocupan es el aumento de las tentativas de feminicidio, aspecto que no ha sido visibilizado por las autoridades del Estado, por lo que la experta sugiere incrementar las medidas de prevención para frenar la violencia extrema.

En tanto, responsables de la fuerza antiviolencia se han trazado el objetivo de erradicar la violencia contra mujeres y niños fundamentalmente, con una mirada sobre feminicidios e infanticidios.

El director nacional de la fuerza antiviolencia, Douglas Gonzalo Uzquiano, informó que su personal acude escenarios de prevención en compañía de un equipo multidisciplinario de sociólogos, psicólogos y trabajadores sociales, con el objetivo de alertar a los padres de familia y apoderados sobre los cambios de conducta en los niños que deben llamar la atención.

“Es realmente un trabajo arduo el que estamos realizando en todo el país, esperamos superar nuestra meta, que es alcanzar a 10 mil personas, quienes queremos que tomen conciencia sobre los tipos de violencia. Se debe tomar en cuenta sobre todo que la mayoría se produce en el interior de las familias”, indicó la autoridad.

RACISMO

En cuanto a los asesinatos por racismo, uno de los casos de mayor connotación fue el asesinato de una boliviana y su hijo en Argentina. Marcelina Meneses fue asesinada el 10 de enero de 1970, la mujer fue víctima de un ataque racista que también provocó la muerte de su bebé de 10 meses. Ambos fueron arrojados de un tren en marcha.

Por: Carmen Challapa