Con el proyecto de monitoreo eco-fisiológico de árboles urbanos trasplantados hemos realizado el seguimiento de la sobrevivencia y crecimiento de los árboles en el Parque del Arquitecto y Jorge Trigo Andia durante casi tres años, con el objetivo de comprender cómo el trasplante afecta a las funciones vitales y a los beneficios que brindan los árboles en la ciudad. Los fresnos tienen una alta sobrevivencia del 85%. Sin embargo, los fresnos trasplantados sobrevivientes no llegaron a recuperar la plenitud del follaje de su copa y, así, estos árboles perdieron múltiples beneficios que brindaban antes de ser trasplantados. Los árboles testigos muestran que los fresnos en primavera y verano normalmente deberían tener 90% de follaje. Los árboles trasplantados tuvieron sólo un 50% de follaje durante la primavera y verano del 2021 al 2022 y sólo un 25 % de follaje durante las mismas estaciones del 2023 al 2024. Este resultado muestra que los árboles trasplantados están retrayendo su follaje en lugar de recuperarse. Posiblemente, esta pérdida de follaje es una señal de que las raíces de los árboles aún no pueden abastecer las demandas de agua del follaje para hacer fotosíntesis, entonces las plantas pierden hojas para reducir el follaje ante la poca capacidad de reponer sus raíces. También podemos inferir que los árboles trasplantados con menos cantidad de follaje, también han reducido la cantidad de beneficios ambientales que brindaban, puesto que la cantidad de muchos beneficios ambientales son proporcionales a la cantidad de follaje de los árboles. Por ejemplo, con la perdida de follaje perdieron la capacidad para ganar energía a través de la fotosíntesis, un proceso indispensable por el cual los árboles pueden realizar el mantenimiento de sus funciones (por ejemplo, respirar y transportar nutrientes), la reparación de daños y crecer. Con menos energía ganada estos árboles reducen su crecimiento y su capacidad para secuestrar dióxido de carbono de la atmósfera y reducir la contaminación. Asimismo, al perder el follaje, también han reducido proporcionalmente la cantidad de transpiración y la intercepción de la radiación solar, aspectos que están relacionados con la reducción de la temperatura de la atmósfera, un beneficio vital en ciudades más calientes. Incluso menos follaje significa la pérdida de hábitat para aves e insectos que necesitan el follaje de los árboles para reposar y/o alimentarse. Este resultado sugiere que las autoridades, manejadores de los árboles y operadores de trasplantes de árboles deberían considerar que el trasplante afecta negativamente al desempeño de las funciones vitales de los árboles a largo plazo, tales como el desarrollo del follaje. No podemos asegurar el futuro de esos árboles porque estos están decayendo en lugar de recuperarse. Y que la perdida de follaje puede afectar proporcionalmente a los beneficios que los árboles brindan en la ciudad. También, hay que considerar que el funcionamiento de los árboles trasplantados depende también del clima u otros factores ambientales que no podemos controlar, así no podemos asegurar el futuro de los árboles trasplantados. Es importante evitar los trasplantes de los árboles debido a la construcción de obras, realizando diseños urbanísticos que integren a los árboles maduros. Además, las universidades, ciudadanía y gobiernos locales deberían propiciar investigaciones para monitorear los efectos del trasplante en los árboles y experimentos para mejorar las técnicas del trasplante y manejo silvicultural de los mismos antes y después del trasplante. Gracias a la colaboración de estudiantes de la Escuela de Ciencias Forestales y de la Sociedad Científica de Estudiantes de Ingeniería Forestal y a vecinos por colaborar en la medición de varios indicadores de crecimiento de los árboles, tales como los cambios del follaje en el tiempo. Asimismo, agradecemos a CIUDADANIA por apoyar en el proyecto de monitoreo. Por: Ariel Ayma