• Seguridad
  • LA PRENSA

Las ansias de poder de algunos privados de libertad han generado decenas de muertes en las tres principales cárceles del país. Desde diferentes instancias del Estado se intentó desintegrar estos grupos pero, pese a los intentos, la violencia continúa campante en Palmasola, Chonchocoro y El Abra.

El 23 de agosto de 2013, la cárcel de Palmasola, Santa Cruz, fue escenario de la peor tragedia de la historia, 30 personas perdieron la vida, después de la explosión de dos garrafas de gas licuado que provocó un incendio dentro del recinto penitenciario.

El fuego intenso causó la muerte de 29 reos y un niño, mientras que otras personas sufrieron graves quemaduras. Este hecho fue consecuencia del enfrentamiento entre dos grupos de reclusos de los bloques A y B de Chonchocorito.

En septiembre de 2013, en la cárcel de alta seguridad de El Abra, Cochabamba se produjo una gresca durante una fiesta a devoción de la Virgen de Urkupiña, ocasión en la que cuatro reos fueron asesinados, y 11 personas resultaron heridas, entre ellas nueve internos y dos mujeres quienes estaban de visita.

La reyerta tuvo lugar en la cancha múltiple donde reclusos y sus familiares bailaban. Tres encapuchados aparecieron y dispararon. La pelea se dio por el control de cobros irregulares por alquiler de celdas y pago de “seguro de vida” a los presos.

El delegado de El Abra, Édgar Ariel Tancara Sandagorda, Gustavo Tovar Ramírez y Humberto Gonzales Olmedo fallecieron por múltiples heridas provocadas por proyectiles de arma de fuego y armas blancas. Durante la investigación de este caso, la Policía secuestró armas de fuego de grueso calibre, que se encontraban enterradas en el interior del penal, y se descubrió una red de policías y personal de Régimen Penitenciario involucrados.

Mientras tanto, en el penal de Chonchocoro, desde su inauguración, se reportaron más de 30 muertes, hecho que pone en evidencia la falta de seguridad dentro de ese recinto penitenciario. Uno de los primeros casos, 8 de diciembre de 1999, fue el de “El Gitano”, Javier Ágreda, quien fue hallado muerto en su celda con 17 puñaladas.

En 2012, “El Vinchita”, uno de los asesinos más peligrosos de Santa Cruz fue asesinado con 115 puñaladas. Fue encontrado en la celda de aislamiento.

Reos como “El Petas”, quien cumplía condena por haber asesinado a cuatro policías, o el “Chiruchiru”, Mauricio Suárez, quien dirigía el robo de vehículos en Santa Cruz, también fueron asesinados dentro del recinto penitenciario de máxima seguridad.

Por: Carmen Challapa