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Bajó sus marcas y quiere más. Antes de ganar la medalla de bronce en el Sudamericano de Perú tenía otros objetivos, pero ahora apunta más alto, llegar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, aunque confiesa que los recursos económicos con los que cuenta no son suficientes y pide apoyo del Estado para seguir entrenando.

La joven fondista potosina Lilian Mateo Tórrez (19 años) es catalogada como una de las promesas del atletismo boliviano, las marcas que registró en las últimas competencias internacionales le permiten soñar en grande y seguir representando al país.

Lo que comenzó como un hobby ahora es un reto para ella. Nació en Chayanta, Potosí, y actualmente estudia en el South Plains College, de Levelland, Texas, que le otorgó una beca. Corre por ese colegio y cuenta que no se cambió de nacionalidad.

Lilian explica que de niña practicaba gimnasia, pero por razones personales su entrenador se fue y quedó desorientada, entonces buscó otros rumbos en el deporte.

“No supe que hacer, pero había los Juegos Estudiantiles y decidí inclinarme por el atletismo, comencé a practicar con Noel Colque, que era el entrenador, y a los 16 años logré mi primera medalla de plata en un Sudamericano (en Paraguay, en la categoría U-18), fue algo muy lindo”, menciona.

Con ese logro, Mateo decidió exigirse “sé que puedo dar mucho más por mi país”. Bajo el trabajo del entrenador César Condarco, compite en sudamericanos en Brasil, Colombia, además del Gran Prix Sudamericano de Bolivia y Paraguay, Los Juegos del Alba en los que ganó medallas y mejoró sus marcas.

Con las preseas que alcanzó se le abrieron las puertas en Estados Unidos. Allá le dieron una beca para seguir estudiando. Compite representando al colegio de Levelland para el que ganó varias medallas con el entrenador Miguel Méndez, con quien logró bajar también sus marcas.

Mateo aclara que, pese a la beca deportiva, no pasa por su cabeza representar a otro país, “soy orgullosa representando a mi Bolivia, una es feliz cuando alza en alto la bandera boliviana en otro lado, me siento así y no cambiaría pese a que como deportistas necesitamos recursos para seguir entrenando y no los tenemos”.

La atleta recuerda que anteriormente también gozaba de la beca deportiva de los Tunkas, pero desde el pasado año ya no recibe ayuda económica. “Ojalá me tomen en cuenta para seguir compitiendo, para los deportistas que no tenemos apoyo en Bolivia es muy difícil trabajar solos”.

La medallista se encuentra estas semanas en Oruro. Explicó que está de vacaciones y en agosto volverá a Estados Unidos. Dice que no descuida sus entrenamientos, por eso decidió unirse al club de atletismo Pie de Viento que dirige la entrenadora Nemia Coca junto a su esposo Raúl Peñaranda.

“Si bien estoy de vacaciones, tengo que seguir mejorando, eso me dijo la profesora Nemia, quien es muy exigente y tiene un plan de entrenamiento. Ella me incentiva mucho, estoy trabajando junto a grandes atletas de Oruro, como Héctor Garibay (que estará en los Juegos Olímpicos de París), él me contó su historia y ahora también quiero ser parte de los atletas olímpicos en el futuro”, señala emocionada.

La atleta se quedará en Oruro hasta el último día de sus vacaciones, después retornará a Estados Unidos con la esperanza de ser parte del equipo boliviano que competirá en el Mundial de Atletismo, que se desarrollará en Lima, Perú, entre el 27 al 31 de agosto.

“La profesora Nemia hará lo posible para que pueda volver, ella también me está apoyando con las cosas que necesito para seguir entrenando”, finalizó.

Por: Jeovana Bernabé