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La burocracia, la demora en la aprobación de desembolsos, entre otros, que existe en la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz ponen en riesgo el funcionamiento del Banco de Sangre, que debe esperar hasta cuatro meses la asignación de recursos para que adquiera insumos, reactivos y pago al personal y así mantener la atención a las personas.
El director del Banco de Sangre de La Paz, Pedro Mamani, informó que este problema es recurrente desde marzo de 2019, cuando entró en vigencia el Sistema Único de Salud (SUS), debido a que la Ley 1152 y su reglamentación dispone que la entrega de recursos debe ser resultado de un procedimiento complejo.
“Antes de 2019, el hospital, que necesitaba sangre, nos hacía la solicitud, pasaba el cheque y luego de un mes ya contábamos con los recursos para comprar reactivos y otros insumos”, explicó Mamani.
Por ejemplo, el Hospital del Tórax demanda sangre por un millón de bolivianos al año; el Instituto de Oftalmología consume 200 mil bolivianos; y el Hospital del Niño, 2,5 millones de bolivianos.
“Todos los bancos de sangre dependemos de los recursos que se dan a los hospitales desde el Ministerio de Salud, y que nos entregan según consumo”, manifestó.
La norma establece que el procedimiento administrativo contemple: la remisión de un informe al Servicio Departamental de Salud, que lo envía a la Gobernación y posteriormente a la Asamblea Departamental, que devuelve el informe a la Gobernación. Superado este proceso se lo entrega a los ministerios de Salud y Economía.
Cuando se cuenta con las aprobaciones, se autoriza el desembolso de dinero.
Este proceso demora cuatro meses, pero al no contar con disponibilidad inmediata financiera, se entorpece la compra de insumos y reactivos para procesar la sangre. “Cada cuatro meses debemos hacer compras de reactivos, eso hace que se fraccione la adquisición y no se asegure ni garantice la cantidad adecuada que vamos a usar en el año”, precisó Mamani al explicar que cada año, la entidad invierte seis millones de bolivianos en la trascción de insumos.
“Entonces, cada cuatro meses estoy con el Jesús en la boca, en espera de que la Asamblea apruebe los recursos (económicos) para que pueda comprar lo necesario para los siguientes cuatro meses, y si no aprueban el presupuesto estaremos en problemas (…) y, obviamente, se pone en riesgo la producción, pues si hay menos reactivos, ya no se puede producir la cantidad que demandan los hospitales”, indicó.
Cuando entró en vigencia el SUS, los bancos de sangre dejaron de percibir recursos de generación local, por lo que tampoco pueden contratar personal. Hasta 2019, el Hemocentro contaba con 67 funcionarios en diferentes áreas médicas, y ahora sólo cuenta con 49. Asimismo, Mamani explicó que en 2023 se planteó una modificación a la norma para eliminar ese “largo procedimiento administrativo”, pero que está en espera la respuesta.
Por: Luis Mealla