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- Redacción Central
“Ser discapacitado es triste. En el campo no podemos movilizarnos. En algunascomunidades aunque hay centros o escuelitas, están lejos, yo no pude estudiar por eso. Mi silla de ruedas es como un zapato, pero se gasta y me falta todo. Las llantas se gastan, no hay repuestos y como sea tengo que movilizarme. En la ciudad, no puedo ir por las calles y los choferes ni siquiera quieren recogernos”.
Así es el día a día de Elvira Machaca Paco, secretaria de conflictos de la La Federación de Organizaciones Comunitarias de Personas con Discapacidad y Deficiencia del Departamento de La Paz (FOCPED-La Paz), quien ayer espectaba los actos de celebración en el atrio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), a donde asistieron autoridades y se instaló una feria para promover las actividades económicas de este sector.
En el palco, Elizardo Chillo Quispe, secretario ejecutivo de la FOCPED-La Paz esperaba sentado mientras sujetaba sus muletas.
“Estoy en el cargo desde hace cuatro meses, he visitado diferentes municipios y provincias, pude ver que hay bastantes necesidades, es como para llorar”, explicó con voz entrecortada.
Pidió a las autoridades mayor atención. Contó que para él, la discapacidad en el área rural es poco menos que una condena. Falta el acceso a la escuela, a la salud y hay pocas oportunidades para tener algún negocio sin capacitación.
A su turno, Mario Jasmani Cerezo Condori, director ejecutivo del Comite Nacional de Personas con Discapacidad explicó que pese a la autonomía, en el país no hay articulación entre los municipios para atender todas las necesidades, aunque destacó los logros desde la nueva Carta Magna.
De manera general, algunos presentes mencionaron que hace falta medicamentos, sillas de rueda y artefactos para caminar o atender discapacidades.
“Lo más importante, derribar barreras arquitectónicas y mentales”, señaló Mauricio, un joven con discapacidad visual, que adquirió tras un golpe en la cabeza.
En Bolivia, 113.000 personas están en el Sistema de Registro Único Nacional de Personas con Discapacidad y en el Instituto Boliviano de la Ceguera, 7.000.