¡La Paz tiene genios! Un invernadero automático, además de robots que recogen basura y empujan objetos, son las principales creaciones de los colegiales que ganaron el torneo nacional de robótica y tecnología denominado “FIRST Bolivia 2024”.
Rodrigo Valentín Cahuana Challco estudia en la prepromoción y diseñó un invernadero, capaz de controlar la temperatura, la humedad y activar el riego de forma automática, a fin de garantizar las cosechas y, paralelamente, evitar escasez de alimentos.
Emocionado, dio a conocer la importancia de su proyecto, que fue construido a escala, y que espera se haga realidad, con la ayuda de ingenieros especialistas, ante los problemas que detectó en los cultivos en su natal Colquencha, provincia Aroma, de La Paz, municipio que al igual que otras regiones sufren por el cambio climático.
Desarmar carros de juguete y soñar con que avancen solos era la aspiración que tenía desde niño; así, Cahuana Challco decidió incursionar en este ámbito tecnológico.
“La carpa tiene un sistema de calefacción y refrigeración para tener una temperatura estable, y para que sea sustentable se usa energía solar. En mi comunidad se producen hortalizas, pero las heladas o el intenso calor afectan nuestros cultivos. Eso me impulsó a hacer este proyecto”, relató.
Él es uno de los ganadores de La Paz, en la fase departamental, en la que se escogió a los mejores trabajos en dos categorías: Tecnólogos disruptivos e Inventores disruptivos. Los ganadores de los primeros lugares participarán en el evento nacional que se realizará en Santa Cruz de la Sierra, a inicios de agosto.
De ahí se clasificarán cinco representantes de Bolivia que viajarán a Atenas, Grecia, con todo pagado, para mostrar su talento. La actividad es promovida por la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), el Ministerio de la Presidencia y otras instituciones.
Kimberly Cama Ancari crusa el tercero de secundaria y junto a sus compañeros Madelin Gecel Pacha Sacari y Jhyre Benjamin Quenta Sequeiroses, ganaron en la categoría Tecnólogos disruptivos, en la que se ve la capacidad y creatividad de los estudiantes en el campo de la robótica.
Movidos por la problemática de la contaminación causada por residuos sólidos, la joven estudiante y sus compañeros —todos residentes en el municipio de Caranavi, La Paz— diseñaron un robot para recoger basura, construido con material reciclado.
“Es un robot que alza y bota los desechos contaminantes”, afirmó Kimberly, quien calcula haber gastado unos 900 bolivianos, entre materiales eléctricos e insumos electrónicos y otro material reciclado de plástico PVC, todo comprado en La Paz, pues no hay en Caranavi.
Sin embargo, el primer lugar en esta categoría fue para los estudiantes Sebastián Manuel Laura Campero, Briza Yapu Mamani y Nicole Jiménez Layme, del colegio San Antonio, de La Paz.
“Desde niño me gustaba armar legos y luego creció mi afición por la robótica. Mis compañeras también tienen grandes habilidades. Este proyecto costó unos 300 bolivianos y los hemos armado en un mes”, explicó.
El robot ganador empuja y recoge objetos esféricos con precisión, fuerza y rapidez.
¿Qué es FIRST Bolivia?
Es la competencia de robótica más grande del país, que busca clasificar a cinco representantes de Bolivia, que se enfrentarán a concursantes de más de 190 países, en Atenas, Grecia.
Los ganadores de la categoría Tecnólogos disruptivos ganaron juegos profesionales de robótica, cada uno de los cuales cuestan 4.00 dólares, para que cada equipo perfeccione sus prototipos para las fases nacional e internacional.
En la categoría Inventores disruptivos se busca destacar la inventiva de los jóvenes y adolescentes, quienes debieron presentar proyectos relacionados con robótica, de regiones con una población menor a los 40 mil habitantes. Los ganadores recibieron medallas de oro, certificaciones y celulares.
En 2023, Bolivia participó en el torneo de robótica más importante del mundo, el First Global Challenge, llevado a cabo en Singapur, donde ocupó al tercer lugar, de entre 191 países en competencia.
Por: Luis Mealla
