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  • Susana Salinas

Con sorpresa y desprevenidos encontró a maestros y estudiantes la modalidad a distancia, que Educación autorizó en escuelas, colegios y universidades del país, ante la muy mala calidad del aire y por la densa humareda que cubre todo el territorio nacional.

“De golpe, tengo la tarea de hacer llegar mil raciones de desayuno escolar y, hasta ahora, los padres de familia vienen a recogerlas poco a poco”, dijo Milton Tórrez, director de la Unidad Educativa Venezuela, del centro paceño.

“Nos dijeron que recojamos dos veces a la semana el desayuno, pero no tengo tiempo. Dicen que hay una instructiva, pero no sé. En un colegio me dicen una cosa y en el otro nos dicen que recojamos las raciones el viernes”, refirió una madre de familia que buscaba explicaciones en otro establecimiento educativo.

El lunes, el Gobierno instruyó a las direcciones departamentales y distritales de Educación del país reanudar la educación a distancia aplicada durante el confinamiento por el covid-19, luego de analizar los índices de contaminación.

Acerca de la manera en que se realiza la educación a distancia en ese establecimiento, Tórrez explicó que uno de los primeros desafíos fue generar las redes de interconexión a través de WhatsApp, entre maestros, estudiantes, administrativos y padres de familia. Recordó que “la virtualidad de 2020 dejó cierta enseñanza”, experiencia que ayuda actualmente.

“Los estudiantes que ahora están en la Promoción, en ese período estaban en secundaria. Incluso, algunos profesores dijeron que se olvidaron de la virtualidad”, señaló a modo de broma.

“Me reuní con carácter de emergencia con los profesores y planificamos cómo encarar estas clases”, agregó.
Los maestros, en general, no tenían hasta el lunes grupos de WhatsApp en sus cursos, lo que obligó a buscar contactos. “Por lo general, los asesores tienen contacto con padres de familia, pero no con cada uno de sus cursos, son muy pocos. Nos organizamos para compartir contactos”, relató.

El segundo escollo fue definir la metodología. “Nos pusimos de acuerdo en el tiempo de enseñanza por clase, las formas de llegar con contenidos. No podemos tenerlos a los estudiantes sentados toda la mañana frente a un computador”, comentó Tórrez.

“No todos tienen celular, calculamos que el 20 por ciento no lo tiene. Es otro problema”, comentó.