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Cuando era jovencito acompañaba a su hermano mayor al viejo Hernando Siles. Arturo era árbitro y con él ingresaba gratis. Un día el hermano llegó tarde, apresurado, y no pudo meterlo al estadio. Después del juego, le dijo “por qué no tomas un curso de árbitros y así entras gratis a ver fútbol si tanto te gusta”. Tomó el consejo y desde entonces Óscar Ortubé no se separó nunca del fútbol.
Fue uno de los árbitros más destacados que tuvo el balompié boliviano y marcó época en las décadas del 70, 80 e inicios del 90. Un partido inolvidable para él fue cuando llegó el Santos de Pelé para jugar con Bolívar. “Dirigí a Pelé, quien para mí fue y es el mejor futbolista de la historia”, decía cuando contaba este pasaje a los amigos.
Óscar iba a cumplir hoy 82 años, pero en enero de este año falleció en Buenos Aires, mientras seguía un tratamiento médico. Estaba luchando contra un cáncer y un día le vino un derrame cerebral del que ya no pudo recuperarse.
TRABAJO Y DISCIPLINA
Fue árbitro FIFA varios años y sus decisiones dentro del campo de juego permitieron que sea reconocido no sólo en el país, también en el exterior.
El trabajo y la disciplina fueron sus mejores aliados, pero también el respeto y la fiel puesta en práctica de las reglas. “Para muchos árbitros fue un referente, símbolo de transparencia, honestidad, humildad; siempre veló por el gremio” recuerda con nostalgia su sobrino Marcelo Ortubé, quien también fue árbitro.
Dirigió todo, sólo le faltó ir a un Mundial. Sí asistió a una Copa del Mundo, pero juvenil, en China. En su recorrido pitó en varios eventos, como Eliminatorias, Copa América, Copa Libertadores, Copa Sudamericana, amistosos entre selecciones y la Liga boliviana.
Marcelo menciona que en Sudamérica ha debido dar unas tres o cuatro vueltas por todos los países dirigiendo partidos internacionales.
“Decía ‘yo no me considero el mejor, porque soy uno más del equipo de árbitros, sólo que pongo el mejor de los esfuerzos’. Pedía esa entrega a los otros árbitros, y muchas veces renegaba por algunos errores de quienes recibían sus consejos y orientaciones. Le gustaba enseñar… Fue mi ídolo”, expresó Marcelo con un suspiro.
EL PARTIDO DE PELÉ
Son muchos los recuerdos, menciona Marcelo. De uno de los que más hablaba era el partido que jugó Bolívar (el 16 de enero de 1971) con el Santos de Pelé, en el viejo Hernando Siles, que estaba abarrotado porque todos querían ver al astro.
Ortubé fue parte de una generación en que aparecieron también otros destacados réferis. “Eran otros tiempos, él empezó cuando el desplazamiento físico era impresionante”.
Hacer cumplir el reglamento al pie de la letra era su carta de presentación, sus decisiones fueron incluso sujeto de análisis de la FIFA, por ejemplo, el tiempo de adición que disponía. Todos recuerdan el 7 de septiembre de 1983. En Buenos Aires, por la Copa América. Ecuador ganaba 2-1. Ortubé adicionó 15 minutos y a los 102 empató Argentina con un penal de Jorge Burruchaga. Los ecuatorianos lo querían matar. Incluso le prohibieron la entrada al país.
Su sobrino Marcelo dice que “da crédito a lo que hacía en cancha porque sólo hacía cumplir las reglas, tal como nos pasó a quienes llegamos después”.
Por: Jeovana Bernabé