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  • Luis Mealla

La seguridad industrial de los 40 obreros, que trabajan en la refacción de la bóveda del río Choqueyapu, es seguida de cerca por dirigentes del Sindicado de Trabajadores en Construcción Municipal, pues estos obreros deben contar con medidas de resguardo, porque trabajan bajo tierra y en un ambiente que tiene altos niveles de toxicidad.


Juan Choque, secretario general del esta organización sindical, explicó a LA PRENSA que si bien los obreros no son trabajadores de planta —pues son empleados de la empresa contratista de la obra—, cuentan con respaldo sindical para que se cumpla la normativa a fin de que se garantice su salud ocupacional.


“Cuando hay algún incumplimiento, vamos al Ministerio de Trabajo y así también respaldamos a nuestros compañeros a contrato, para que tengan ropa de trabajo, implementos, atención en salud y todas las condiciones de seguridad”, indicó el dirigente sindical.


No obstante, aclaró que hasta la fecha no se produjo problema alguno o hubo denuncias de estos obreros, aunque anunció que esta semana se desplegará una comisión sindical para inspeccionar las condiciones de trabajo en la bóveda.


Un obrero, quien pidió mantener su identidad en reserva, afirmó hasta el momento, esta labor se desarrolla con normalidad.


En mayo, ni bien terminaron las lluvias, la Alcaldía de La Paz desplegó un equipo especial para atender los daños en la estructura de la bóveda, entre el mercado Lanza y la calle Yanacocha, tarea que demanda una inversión general de cinco millones de bolivianos.


Asimismo, se activó un plan de restricción vehicular y peatonal para reducir el peso sobre la estructura y aminorar riesgos en el interior de la bóveda. El trabajo concluirá en noviembre.


Al respecto, Selenia Rosso, especialista en Seguridad Industrial y Medio Ambiente de la comuna, explicó que durante todo el tiempo de la obra, los obreros reciben atención médica, capacitación continua, implementos de seguridad e indumentaria adecuada, además de que cuentan con un seguro por 70 mil bolivianos, que les cubre accidentes o fallecimiento.


“Todo el personal cuenta con cascos de seguridad, protección ocular y respiratoria, overol, traje impermeable reflectivo, guantes, botas de seguridad con punta de acero y protección para los oídos”, refirió.


Agregó que se instaló en el interior de la bóveda iluminación adecuada, un medidor de gases tóxicos y una alarma para que los obreros sean evacuados ante cualquier emergencia.


Además, tres veces por semana, el personal también se capacita en primeros auxilios, incendios, evacuación y rescate. “Los obreros trabajan en tres turnos, uno por la mañana, por la tarde y otro por la noche”, precisó.
Para mantener su salud, reciben comida balanceada y ante los altos niveles de toxicidad usan protectores con filtros para gases, además que cada uno debe consumir a diario un litro de leche al concluir cada jornada laboral, pues es un “desintoxicante natural”.