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Consultaron a la inteligencia artificial (IA) quién es el mejor jugador de la historia y su respuesta fue: Pelé. El principal antecedente que manejó la herramienta es que el brasileño ganó tres mundiales con Brasil, los de 1958, 1962 y 1970, argumento más que suficiente para ser el número uno. Detrás de él quedaron clasificados los argentinos Diego Armando Maradona (campeón mundial en México 86) y Lionel Messi (campeón en Catar 2022). Pelé no sólo ganó tres copas del mundo, sino que fue un extraordinario deportista. Un verdadero atleta. Irrumpió a sus 17 años en el Mundial de Suecia 1958, donde hizo goles decisivos junto a otras estrellas, como Garrincha, Didí, Zagallo, Djalma Santos y Gilmar Neves. El brasileño dominó la expectativa internacional en una época en que no había todavía la televisión ni las redes sociales, tampoco el merchandising. Y en la cancha mostraba un talento que sólo era frenado por fuertes marcas de los rivales. Más de una vez salió ‘molido’ por las patadas que recibía. Algo particular. No le sobraba grasa. Tenía una preparación física espléndida. Los rivales decían que tenía músculos de piedra. En los tiempos actuales, los fanáticos de Maradona y Messi han buscado sobreponerlos a Pelé, pero hasta la IA ha elegido a Pelé como el mejor. Incluso, un argentino famoso, César Luis Menotti (falleció recién), dijo que el brasileño estaba en otra órbita y no se lo podía comparar con otras figuras del fútbol. Es que dejó en la mirada del mundo y las estadísticas sus goles, que eran diferentes, sus pases milimétricos a sus compañeros, también armó jugadas y supo definirlas. Era imparable. Después de sus tres copas mundiales, ya le decían rey y el mundo del fútbol se rindió a sus pies. SON GENIOS La elección de Pelé como el mejor de la historia, sin embargo, no descalifica el talento y genialidad de los astros que surgieron después de él. Maradona y Messi deleitaron al mundo con su fútbol. Ellos sumaron a su técnica la imaginación. Messi sigue dando espectáculo en la actualidad. El mundo enloquece con él. Sus jugadas rápidas son impredecibles para los rivales y de ellos disfruta la gente. Juega ahora en el Inter de Miami, en Estados Unidos.