Bloquear está de moda. No importante por qué, lo que cuenta es obstruir la libre circulación de las personas.
Desde hace 10 días son los seguidores de Evo Morales, quien trata de habilitarse como candidato presidencial y, en un por demás contradictorio ejercicio, quienes se movilizan en las carreteras aseguran que defienden la economía los bolivianos, aunque con el cierre de vías provocan el encarecimiento de los productos de primera necesidad y de toda naturaleza.
Después son los choferes que piden una elevación de los pasajes del transporte público en La Paz. Sus razones tendrán, pero que protesten por el desabastecimiento de combustibles cuando no permiten que alguien se acerque con su vehículo a las gasolineras es cuando menos una contradicción.
El país está en una situación muy complicada. Parece que, por momentos, Bolivia hubiera retrocedido 20 años cuando el caos se apoderó de calles y carreteras.
El Gobierno intenta solucionar un problema y aparecen muchos más. Nadie parece estar conforme con lo que tiene y puede aspirar. Esa lógica se aplica desde los niveles más altos hasta los sectores sociales.
El panorama apocalíptico se multiplica con los incendios que, en la mayor parte de los casos fueron provocados por mano humana. Hay quienes desean contar con tierras aptas para el cultivo especialmente ahora que el Gobierno ha decidido autorizar los cultivos con transgénicos y se abre a liberar las importaciones.
Se acabó la venta de gas natural a Argentina, que era la principal fuente de ingresos para el Estado y el descubrimiento de nuevas fuentes energéticas en el norte tropical de La Paz aún está en fase embrionaria, es necesario hacer fuertes inversiones y buscar mercados externos para el gas natural.
Ahora es cuando el Gobierno necesita afrontar la crisis con mano firme y fortaleza. La industrialización es una de las medidas imprescindibles, hay que dar valor agregado a nuestros recursos naturales, pero es necesario apurar algunos megaproyectos, como el litio de los salares de Uyuni, Coipasa y Pastos Grandes, así como el hierro del Mutún.
Es necesario diversificar la economía nacional y explotar nuestras potencialidades.