8/1/2025.- Bolivia se incorpora tardíamente, pero lo hace para felicidad de todos, a la era de la siderurgia. A mediados de la década de 1950, cuando los actores de la Revolución Nacional hablaban de diversificar la economía nacional, surgió un proyecto para explotar el hierro del Mutún, que es un sistema de pequeñas montañas que alcanzan alturas de 400 a 800 metros sobre el nivel del mar y se extienden a lo largo de unos 75 kilómetros cuadrados en el Pantanal boliviano.

Se calcula que guarda reservas de 40 millones de toneladas de hierro y unos 20 millones de toneladas de manganeso, metal que refuerza la dureza y resistencia del acero, que es una aleación entre hierro y carbono.

Durante unas seis décadas, la explotación del hierro fue una especie de quimera en pos de la que aparentemente todos los líderes políticos parecían correr. Incluso, en 2007, el gobierno de Evo Morales suscribió un contrato con una empresa india, la Jindal Steel, que comprometió inversiones por 2.100 millones de dólares, pero en 2012 se fue bajo el argumento de que no podría utilizar agua para lavar el mineral extraído de las entrañas de la tierra.

Bolivia ganó el proceso de arbitraje internacional y pudo suscribir, en 2016, un nuevo contrato con la empresa china Sinosteel  Equipment & Engineering Company. Durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez, las obras quedaron paralizadas, como casi todo en el país, pero ocho años después, ha comenzado la producción experimental de alambrón y barras corrugadas de acero.

Es una buena noticia para todo el país y un regalo para el departamento de Santa Cruz, aunque algunas voces hablan de que la industria siderúrgica emplazada en una reserva de biodiversidad, pero no es posible dejar de lado semejante riqueza para beneficio de todos los bolivianos.

Cuando esta factoría esté en funcionamiento, producirá 200 mil toneladas de acero para la construcción. Si se considera que la demanda anual de este elemento para la construcción en Bolivia es de 350 mil toneladas, se comprenderá que el país dejará de destinar valiosas divisas para importar este material de construcción.