- Deporte
- Jeovana Bernabé
Comenzó a entrenarse de manera recreativa, no estaba en sus planes competir, con el paso del tiempo se empapó de la natación y luego de unos años fue representante boliviana en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2021, donde dejó su huella.
La cochabambina Karen Tórrez, de 32 años, ahora está en otra faceta de su vida, es entrenadora de natación y ya vio los primeros frutos, pues sus alumnos sumaron 10 medallas para La Paz en un evento nacional, pero la ambición de quienes dirige no termina ahí, también quieren seguir los pasos de la “Sirena” boliviana quien dice sentirse feliz y orgullosa por ello.
“Me enamoré de la natación, mis padres siempre me apoyaron, poco a poco mejoré y comencé a destacar a nivel nacional e internacional, quería ser parte de la selección boliviana, en fin, ya tenía todo claro”, afirmó la múltiple campeona nacional e internacional, quien –además- es una de las deportistas bolivianas que logró clasificar a Juegos Olímpicos con la marca mínima.
Tórrez reconoce que para lograr las incontables medallas tuvo que trazar un largo camino, de muchos desafíos y al mismo tiempo de alegrías incontables, que le permitió saborear el dulce sabor de la victoria: “conseguí todo por lo que trabajé, de hecho, yo me enteré que había Juegos Olímpicos a través del periódico cuando se competía en 2004 y se transmitió la natación, ahí comenzó mi sueño”.
Contó que, en 2012, en los Juegos Olímpicos de Londres, dijo “objetivo cumplido lo conseguí, para mí fue mágico llevar la bandera de mi país, además cuando veía a los competidores ya no los veía como ídolos, poco a poco cambió mi perspectiva del deporte, el sueño ya era clasificar en un sitial importante”.
En el otro lado de la palestra, este año, la nadadora siguió de cerca a los representantes nacionales en los Juegos Olímpicos París 2024. Es evidente, reconoció haber sentido nostalgia porque se puso a pensar cuántos ciclos olímpicos realizó para estar en lo más alto de su carrera. Sólo el esfuerzo y talento han sido claves para dejar huella en la historia de la natación de nuestro país donde ya es una leyenda.
Con sentimientos encontrados, Tórrez mencionó que sintió alegría por quienes nos representaron (María José Ribera, Estaban Núñez del Prado, Héctor Garibay y Guadalupe Tórrez) a quienes apoyó desde la distancia.
“Estar en unos Juegos Olímpicos es una presión muy distinta, es una de las pocas veces en que el país está pendiente de lo que haces, además el nivel de competencia es altísimo. Lo de Garibay fue realmente destacable, si bien el resultado no lo acompañó, pero puso el nombre del país en alto… es un tremendo deportista, la gente que no está interiorizada con el deporte es muy crítica y tiene que ver más allá”, agregó la destacada deportista.
PROFESIONALIZACIÓN
Tórrez está convencida que para que el país piense en medallas olímpicas no se resume en respaldos de meses o un año, pues es un proceso de largo plazo por lo que lo ideal sería profesionalizar el deporte.
“En Bolivia la gran mayoría de los deportistas son estudiantes o trabajadores que entrenan, no son deportistas que estudian, entonces, no le dan ese tiempo al entrenamiento, son pocos atletas que se dedican al cien por ciento a una disciplina deportiva. Son muy pocos deportistas que ven el deporte como prioritario… Hay que ir rompiendo esos esquemas y que vean el deporte como una profesión, hay que profesionalizar el deporte”, afirmó.
Mencionó que si bien, por ejemplo, creció el número de competidores en las pruebas nacionales, “son lunares los atletas de alto nivel competitivo, hay que masificar el deporte en una alta competición para que siga subiendo el nivel técnico”.
La nadadora que también practica ciclismo, aunque no a nivel competitivo, agregó que es importante que un deportista cuente con respaldo económico por lo que destacó el programa Sueño Bicentenario, pero consideró que no es la solución para que los bolivianos piensen con una medalla olímpica.
“Es un respaldo que soluciona la vida de esos deportistas (los elegidos) y que no haya esa deserción, pienso que se debe dar esa masificación para que haya un nivel de alta competición, hay que buscar otro tipo de estrategias, que permita crecer a los deportistas y no siga siendo la quinta rueda del carro”, continuó.
Tórrez entrena a un grupo de nadadores del club Los Sargentos en La Paz (a partir de los 8 años en adelante), dice que encontró su vocación, de momento está alejada de la competencia a nivel nacional e internacional; aunque aún no anunció su retiro definitivo, dice que en el agua se siente realizada y tiene mucho por enseñar.
“Estoy disfrutando de mi otra faceta como entrenadora, es difícil estudiar y entrenar, planeo continuar con mi capacitación y salir del país para aprender más, de esta manera comenzar a profesionalizarme, especialmente mi deporte”, dijo.
Es medallista en Mundiales, Bolivarianos, Sudamericanos, y, contó que para lograr bañarse con el oro, plata y bronce tomó como prioridad la natación e invirtió su tiempo en los entrenamientos, pero también dio espacio para compartir con sus familiares y amigos, con quienes le gusta degustar la comida nacional e internacional “soy de buen diente”, apuntó con una sonrisa.