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Israel llevó a cabo ayer una operación de rescate de cuatro rehenes israelíes con vida en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, donde al menos 210 gazatíes murieron y más de 400 resultaron heridos bajo el intenso fuego de las tropas israelíes durante la misión.
Los rehenes rescatados con vida son Noa Argamani, de 25 años; Almog Meir Jan, de 21; Andrey Kozlov, de 27, y Shlomi Ziv, de 40, que fueron secuestrados por Hamás en el festival de música “Nova” el 7 de octubre de 2023.
Es el mayor rescate que ha ocurrido desde que comenzó la guerra. La última vez que los israelíes rescataron cautivos con vida fue en febrero en Rafah, a los argentino-israelíes Luis Norberto Har y Fernando Marman.
Los cuatro, que se encuentran en buen estado de salud, han sido atendidos en el Centro Médico Sheba, en el área de Tel Aviv, donde se reencontraron con sus familias e incluso el primer ministro, Benjamín Netanyahu, fue a visitarlos y saludarlos.
EL MENSAJE DE NETANYAHU
“Israel no se rinde ante el terrorismo y actúa con creatividad y coraje sin límites para traer a casa a nuestros secuestrados”, afirmó Netanyahu, a quien ese éxito le da oxígeno para justificar su empeño en mantener la presión militar contra Hamás en vez de negociar un acuerdo de tregua y liberación de rehenes, como le exigen las familias.
El Primer Ministro indicó que dio la aprobación para la operación el pasado jueves, aun sabiendo que sería “compleja y peligrosa”, ante la inteligencia que probó que estaban en Nuseirat.
OTRAS MUERTES
El Gobierno gazatí de Hamás confirmó que en el operativo israelí en Nuseirat murieron al menos 210 personas y más de 400 resultaron heridas, según las víctimas que han llegado a los hospitales de Al Awda, en el campamento, y Mártires de Al Aqsa, en la cercana ciudad de Deir al Balah.
“Condenamos la agresión de la ocupación ‘israelí’ contra civiles, niños y mujeres, y contra hogares seguros en el campamento de Nuseirat”, denunció el gobierno islamista de la Franja de Gaza.
La operación “Semilla de Verano” se llevó a cabo entre el Ejército, agentes del Shin Bet, el servicio de seguridad interior de Israel y la fuerza policial hebrea de élite Yamam, en dos puntos en el corazón de Nuseirat, y se saldó con la muerte de un comandante de Yamam, Arnon Zamora.
UNA OPERACIÓN COMPLEJA
El portavoz del Ejército, Daniel Hagari, indicó que se trató de una de las “operaciones más complejas” en la que las tropas “enfrentaron amenazas bajo intenso fuego”.
La misión fue aprobada el pasado jueves por Netanyahu, aunque la orden de atacar dos edificios en el centro del campamento fue dada ayer mismo.
“La decisión de atacar ambos simultáneamente se debió a la posibilidad de que Hamás asesinara a los rehenes tras identificar la operación de rescate”, indicó Hagari.
Argamani estaba sola en una casa y los otros tres cautivos en otra, viviendas de familias palestinas a las que Hamás paga, según el Ejército.
El portavoz admitió que en la operación murieron muchos civiles palestinos, aunque culpó a Hamás de mantener rehenes en un entorno civil y les acuso de atacar el vehículo donde se llevaban a los rehenes y al agente herido.
(Infobae y EFE)