Autor
- LA PRENSA
Era previsible. Cualquiera que hubiera sido el ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela, el derrotado no hubiera reconocido el resultado dado a conocer el Consejo Nacional Electoral.
Si Nicolás Maduro es el legítimo ganador de los comicios, debe permitir una profunda revisión, acta por acta en caso de ser posible, para que no quede la más ínfima duda de su triunfo electoral y tampoco podrán el perdedor, Edmundo González Urrutia, y principalmente, la líder opositora María Corina Machado protestar o reclamar un presunto 70 por ciento de los votos.
Una antigua frase señala que “la mujer de César no sólo tiene que ser honrada, sino que debe parecerlo”. Esta expresión puede aplicarse perfectamente al caso que nos ocupa.
Han sido varios los países, cuyos gobiernos tienen posiciones ideológicas discrepantes que han planteado que se haga una revisión acta por acta de la votación de ayer.
Una de las voces más importantes en ese sentido ha sido la expresada por el socialista Felipe González, el arquitecto de la España moderna, quien ha expresado en varias oportunidades su postura crítica con respecto de las políticas aplicadas por Maduro en su país.
La Unión Europea, Chile y otros países con gobiernos caracterizados por la seriedad y no por los desplantes, como sucede con el argentino Javier Milei, por caso, han expresado dudas razonables en torno del resultado oficial proclamado por las autoridades electorales de ese país.
Maduro debe comprender que no puede aislar a su país de la comunidad internacional o que ésta se circunscribe a Rusia, China y algunos aliados ideológicos, sino a todo el mundo regido por cada vez más distintas posiciones ideológicas.
La oposición venezolana debe comprender también que el rol que ha jugado desde la llegada de Hugo Chávez al poder no ha sido el mejor. Ha cometido graves errores políticos y estratégicos, que han permitido el crecimiento del Partido Socialista Unificado de Venezuela.
Si como dice la líder opositora María Corina Machado, su organización tiene copia de todas las actas de votación debe presentarlas a tiempo de que se haga el recuento de los votos.
El oficialismo debe hacer lo propio para ganar legitimidad en el plano internacional.