Se la llama la industria sin chimeneas. Los datos oficiales dan cuenta de que, en 2023, el país recibió a poco más de un millón de turistas provenientes de diferentes países del mundo.

Pese a tener paisajes de sobrecogedora belleza y una amplia riqueza cultural y arqueológica, durante muchos años, el turismo fue considerado como una actividad poco importante, a tal grado que, entre las décadas de 1970 y 1980, cuando un hotel de tres estrellas tenía una ocupación del 15 por ciento, sus propietarios podían sentirse satisfechos.

Las cosas comenzaron a cambiar con el paso de los años y la creación de organismos especializados, pero básicamente por las aventuras de un viajero israelí extraviado en la selva amazónica del Parque Nacional Madidi y casi milagrosamente rescatado por el boliviano Abelardo “Tico” Tudela en 1981. Tudela encontró a Yosseph Ghinsberg después de haber sobrevivido incluso al acoso de un jaguar en la jungla.

El relato del aventurero israelí causó revuelo en Asia y Europa. Provocó la masificación de las llegadas de turistas ávidos de conocer los sitios recorridos por Ghinsberg entre Rurrenabaque y el norte tropical de La Paz.

Poco a poco, el Salar de Uyuni, el lago Titicaca y Coroico se convirtieron en destinos turísticos conocidos en el exterior y que recibieron cada vez más visitantes.

En determinado momento, sin embargo, parecía muy complicado que se reciba a más de un millón de personas provenientes del exterior, aunque de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a junio de este año ya se bordea la llegada de 1,5 millones de extranjeros.

Naturalmente, no todos ellos llegan en plan de turistas. Algunos, aunque no se menciona en las tablas elaboradas por los profesionales del INE, vienen a Bolivia por negocios, trabajo u otras razones que pueden no ser de turismo precisamente.

Además, se conoce que los bloqueos y las protestas sociales son motivo para que se espante a los turistas de cualquier país, no sólo Bolivia.

Sin embargo, es importante saber que se incrementa la cantidad de visitantes al territorio nacional y que estas personas dejan valiosas divisas dentro del país, aunque siempre se debe esperar un mayor flujo de visitantes al país.