- Sociedad

- ÁNGELA CARRASCO
13/10/2025.- Seis años después de que un deslizamiento de proporciones sepultara hogares, rompiera calles y dejara a cientos de personas en la calle, el Puente Libertad —uno de los trillizos que comunican San Jorge con Alto Obrajes— está a punto de reabrirse a la circulación vehicular. Las obras de rehabilitación han concluido y su reapertura al tráfico vehicular está prevista para las próximas semanas, según confirmaron autoridades ediles.
La infraestructura, símbolo de avance truncado tras el desastre del 30 de abril de 2019, ha sido reconstruida bajo un diseño de ingeniería sin precedentes. Más de 120 millones de bolivianos han sido invertidos para estabilizar un terreno inestable, donde alguna vez hubo más de 150 viviendas, muchas construidas sin permisos ni planificación, sobre lo que alguna vez fue el botadero paceño.
La herida urbana provocada por el deslizamiento, que arrasó 64 casas en las zonas Inmaculada Concepción y 14 de Septiembre, comienza a cicatrizar. Pero el recuerdo sigue vivo en los rostros de los integrantes de las familias damnificadas, muchas de las cuales aún viven en casas prefabricadas, otras permanecen en carpas, y varias más dispersas entre familiares que ofrecen solidaridad.
TRAGEDIA QUE AÚN DUELE
“Se ha ido toda mi casa. No tengo casa... En este momento, no tenemos nada”, decía entre lágrimas Juana Marca, unas horas después de la tragedia en 2019. Hoy, su historia, como la de otras 88 familias, sigue marcada por la pérdida y la espera.
Aunque el terreno ha sido estabilizado con pilotes de 40 metros de profundidad, muros de contención de tierra armada y drenajes sofisticados, muchos de los afectados aún esperan soluciones habitacionales definitivas.
El secretario municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades, Juan Pablo Palma, informó que se gestiona un convenio con la Agencia Estatal de Vivienda para dar respuesta a las familias que permanecen sin techo. “Estamos seguros de que se honrará el compromiso”, señaló en referencia a un proyecto en un predio de Ovejuyo.
OBRAS SIN PRECEDENTES
La recuperación de la vía y del puente ha sido catalogada por autoridades locales como una “obra de ingeniería sin precedentes”, no sólo por su magnitud, sino por su contexto. “Fue una gestión extremadamente compleja”, remarcó Palma, quien destacó el apoyo técnico del Banco Mundial y la resiliencia de los equipos paceños.
Se canalizó el río Cotahuma, se construyeron gaviones, se restituyeron las redes de agua y alcantarillado, y se instalaron sistemas de iluminación y seguridad.
A decir del funcionario, el nuevo Puente Libertad está preparado para soportar transporte pesado y devolver la conectividad entre la avenidas Kantutani y Bedregal y Alto Obrajes.