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Una obra emblemática de 1975. Muestra a un minero que carga a otro inerte, testimonia a los mineros caídos durante la dictadura militar. La obra forma parte de las 152 pinturas que presentó ayer la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB) en el Museo Nacional de Arte (MNA), que habilitará una sala para exponer estas obras en forma permanente a partir del próximo año.

El presidente de la Fundación, Luis Oporto Ordóñez, explicó que hace dos años recibió una carta firmada por el hijo Miguel Alandia Pantoja, Miguel Alandia Viscarra, quien se estableció en Cochabamba después de una larga estadía en Europa, en la que manifestó su deseo de entregar las obras a la Fundación Cultural.

El Consejo de Administración instruyó hacer gestiones con los custodios de las 152 obras de caballete. El MNA llevó adelante la tarea de inventariación detallada de las pinturas de caballete.

“En los anales del Consejo de Administración del BCB se suscribió y aprobó la histórica resolución que autoriza la adquisición de 152 obras de caballete de Miguel Alandia Pantoja, el 3 de marzo de 2024, fueron dos años de intensas negociaciones”, dijo Oporto.

En abril pasado, se hizo la transacción económica acordada. “Miguel Alandia recibió ofertas, la mayoría de las obras de caballete de instituciones extranjeras, a precios que quintuplicaban la suma que se había acordado”.

Se trata de 66 obras en óleo sobre tela, 14 obras en óleo sobre cartón, 39 creaciones hechas en piroxilina sobre cartón, 30 en acuarela sobre papel, dos dibujos en papel y una obra en dibujo sobre tela. Uno de ellas es el boceto del mural queordenó destruir el dictador René Barrientos Ortuño, en el Palacio Quemado.

Alandia Pantoja, pintor trotskista, falleció hace 49 años, el 2 de octubre de 1975 en Lima, después de una larga enfermedad. “Alandia sigue vivo”, fueron las voces de los mineros durante el cortejo fúnebre que partió de la Federación de Mineros.

“Para recordar los 50 años se realizará una exposición permanente en una sala permanente, en 2025”, anticipó Claribel Arandia, directora del Museo Nacional de Arte (MNA), quien, a su turno dijo: “Gracias gran maestro, ya estás en tu casa”.

Su hijo, desde Cochabamba, expresó que se siente complacido de que se hubiera cedido todo este material cultural a manos de la Fundación y espera que, junto con otras obras de caballete, también se puedan restaurar los distintos murales que su padre pintó en distintos edificios de La Paz.

“Sobre todo, el mural de la Revolución Nacional que fue pintado en el antiguo Palacio Quemada, ojalá se pueda restaurar”, apuntó.

Por: Aleja Cuevas